El economista y secretario de de Asuntos Estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Redrado, se refirió la creciente inflación tras el dato de marzo difundido el pasado viernes por el INDEC, que llegó al 7,7% y aseguró que “el Gobierno ha fracasado en su política antiinflacionaria”.

En diálogo con Si pasa, pasa por Radio Rivadavia, Redrado consideró que el combate del Ejecutivo contra la inflación no tuvo éxito “porque se necesita una convergencia de la política de gasto público y recaudación, con la política monetaria de cuánto emite el Banco Central y también con la política de ingresos, con cuanto se le está pagando a la población”.

En ese sentido, expresó que “las tres variables de la política macroeconómica deben ir en un mismo sendero y esto no está pasando”, por lo que planteó que “a partir del 10 de diciembre hay que hacer un shock de leyes”, donde el próximo Gobierno pueda delinear una agenda legislativa que ataque la inflación y los problemas de política macroeconómica.

El funcionario de la Ciudad planteó un paquete de seis leyes: “una en materia monetaria, otra en disciplina fiscal y reforma del estado, una tercera en términos de simplificación tributaria y ampliación de la base de tributación para blanquear una economía que hoy en un 50% esta en negro, un cuarta de impulso a las exportaciones, reduciendo las retenciones a aquél que aumenta la cantidad exportada, la quinta una ley nacional de infraestructura que permita integrar el transporte ferreo, vial y las vías navegables para poder exportar más, financiado con organismos multilaterales y una sexta ley de emergencia energética y minera”.

Al ser consultado por la propuesta de Javier Milei de no emitir más moneda para terminar con la inflación definitivamente, Redrado sostuvo que “la inflación hay que atacarla desde varios fenómenos, no solo desde lo monetario”, pero detalló que dentro de la primera ley que planteó se incluye la idea de “cambiar la carta orgánica del Banco Central para eliminar el financiamiento monetario que hoy tiene el mismo, que emite todos los meses papelitos de colores para financiar al tesoro o para comprar bonos en el mercado abierto”, aunque se diferenció del diputado libertario al expresar que “no creo que haya que dinamitar el BCRA ni dolarizar la economía”.

Continuando en esa línea aseguró que “el problema no es la emisión, sino que es la consecuencia de los problemas fiscales” y remarcó que al proceso inflacionario “lo veo como un fenómeno mucho más complejo, pero sí creo que la Argentina puede estar tranquilamente en un año saliendo de la crisis, ya habiendo un proceso de crecimiento y reduciendo la tasa de inflación sustancialmente en dos años”.

Con respecto a un posible cargo dentro de un eventual gobierno de Rodríguez Larreta, el secretario porteño señaló que llegado el caso, “el presidente definirá dónde está su demanda”, y ponderó la figura del Jefe de Gobierno al indicar que “Horacio tiene una visión integral de los problemas económicos, eso me hace trabajar junto a él”.

Frente al escenario que queden encontrarse en caso de asumir el Ejecutivo nacional, el ex presidente del Banco Central indicó que “es el país que sufrimos todos los días, con un 42% de pobres, con una gran desigualdad, con una caída del salario real”, aunque manifestó que “a pesar de la crítica situación que tiene Argentina, casi dramática en algunos sectores, yo veo megaoportunidades, por supuesto con respaldo político para poder cambiar esta situación, por eso tengo la voluntad después de 12 años de volver al servicio público”.

En cuanto al último tramo de la administración Fernández y al plan “llegar” de Sergio Massa, Redrado consideró que “estamos en un delgado desfiladero de montaña, donde hay un camino muy estrecho, por un lado tenemos la falta de dólares y del otro lado tenemos la tasa de inflación y la renovación de la deuda pública en pesos. La estabilidad o el plan llegar va a depender de los dólares que puedan recolectar”.

Al mismo tiempo, remarcó que “el Gobierno ha preferido la recesión” y precisó que “con mi equipo estamos calculando una caída de la producción de por lo menos 3% con una inflación que proyectamos en un piso de 120%, con lo cual lo que puede ocurrir es que los dólares se den en cuentagotas al sector privado para que pueda importar”.

En ese sentido, el economista señaló que “el enfoque de política que se viene teniendo hasta ahora es que el Gobierno para llegar va a preferir restringir aún más los dólares de importación y eso significa menos producción, de manera tal de guardar la basura debajo de la alfombra y postergar los problemas hasta el próximo gobierno”.