Las nuevas restricciones al mercado de cambios “aumentan la incertidumbre” y generarán “inflación por expectativas, tanto por el aumento del dólar como por la suba del dólar blue” impactando, además, en los costos de producción de las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Así lo sostuvo la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en una postura que, si bien reconoce que la decisión oficial apunta a “desarticular la capacidad de ataque de los fondos especulativos”, señala que “subsanar ese problema tiene impacto sobre la economía real”.

El Gobierno dispuso el martes 15 de septiembre una serie de medidas instrumentadas por el Banco Central, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Comisión Nacional de Valores (CNV) que en sus aspectos principales aplica una retención del 35% de Ganancias a la compra de dólares e incluye a los gastos en moneda extranjera con tarjeta de débito y crédito en el cálculo del tope de US$ 200 mensuales por persona.

“Comprendemos que los controles de cambio más severos buscan desarticular la capacidad de ataque de los fondos especulativos, que hoy explican la mitad de la demanda de dólares, al mismo tiempo restringir el ‘IFE cambiario’ y aplacar la demanda minorista”, señaló la entidad presidida por Gerardo Díaz Beltrán.

Pero también subrayó que “subsanar ese problema tiene impacto sobre la economía real, con diferentes consecuencias positivas y negativas para las pequeñas y medianas empresas de todos los sectores productivos”.

Al respecto, indicó que el nuevo esquema “pone una suerte de freno a las compras por Internet en sitios externos, que llegan por diversos correos y que afectan al comercio pyme argentino”.

Para CAME, esa medida implicará un “cambio de percepción del mercado cambiario” que “traerá aparejado el aumento de precios de los productos internos”.

El paquete de medidas “favorece el turismo local, pero complica aún más a los operadores turísticos en las ventas de turismo emisivo”, destacó.

En cuanto a la industria, la Confederación reconoció que se “alentaría la sustitución de importaciones, pero siempre que los bancos ofrezcan financiamiento a tasas muy bajas, que hoy no pueden superar, en pesos, el 12% o 13%”.

“Ese proceso, además, es lento, con lo cual la capacidad de desarrollar un mercado de proveedores que supla a los proveedores externos es, incluso en las mejores condiciones, compleja”, puntualizó.

Para CAME, en una primera instancia eso “demorará los procesos de producción porque al quedar el dólar importación estable y bajo, la única forma que tendrá el gobierno de limitar una avalancha importadora será controlando”.

“Aunque el dólar importación se mantenga estable, habrá inflación por expectativas, tanto por el aumento del dólar compra como por la suba del dólar blue. Eso incrementará los costos de producción sin que las empresas puedan trasladar todo a precios por la recesión del mercado de consumo”, indicó.

Ese aumento de costos, señaló la entidad, “le restará competitividad a nuestra producción”, en tanto remarcó que “no habrá inversiones de grandes empresas por la dificultad de fondearse al no poder cumplir las deudas asumidas en tiempo y forma”.

“Ello afectará el efecto multiplicador de demanda de las grandes (empresas) a las pymes en el proceso de inversión y producción”, advirtió.