Un proyecto del gobierno de Brasil para rebajar 20% el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, que habilitaría un ingreso indiscriminado de importaciones asiáticas, genera preocupación entre los empresarios por su potencial impacto sobre el bloque comercial.

La intención del gobierno de Jair Bolsonaro es llevar esa postura a la próxima reunión de cancilleres del bloque, prevista entre el 14 y el 16 de junio próximos.

Los primeros en dar la señal de alerta fueron los propios industriales brasileños, porque la decisión generaría una "invasión" de importaciones, con el derrumbe consecuente de la industria local.

Desde hace tiempo, Brasil -y también Uruguay- vienen proponiendo dotar de una mayor flexibilidad al bloque y habilitar negociaciones directas.

Ante este escenario, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, viene manteniendo reuniones con cámaras empresariales de la poderosa industria brasileña, con las que se analizó el proyecto del ministro de Economía de ese país, Paulo Guedes, para recortar los aranceles externos.

Del lado argentino, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, pretende mantener la cobertura de algunos sectores sensibles, y el gobierno de Alberto Fernández pretende encarar un recorte arancelario menor, y sectorizado.

Bajar pero no tanto

La Argentina aceptaría bajar el arancel, pero en menor medida, a partir del primero de enero de 2022, y además plantea la puesta en marcha de una canasta que reduce de 2% a 0% el derecho sobre 1.893 posiciones, insumos industriales no fabricados en el país.

"No habrá industria automotriz. Seremos exportadores de productos agrícolas y hierro. En la agenda exportadora domina la agroindustria. Alguna vez fuimos un importante exportador de productos manufacturados, pero perdimos nuestra posición. Sin incentivos y sin planes, no veo futuro", advirtió Adalberto Maluf, de la brasileña BYD Energy y directivo de la cámara fabril.

En un comunicado, la Confederación Nacional de Industria de Brasil (CNI) advirtió: "Los acuerdos con países asiáticos pueden provocar una caída del empleo y la producción".

En general, la situación que atraviesa el bloque es delicada y aun pendiente de resolución sobre qué sucederá a mediano plazo.

En este contexto, la administración de Luis Lacalle Pou también postuló públicamente la posibilidad de iniciar un proceso de "flexibilización" y avanzar en acuerdos bilaterales

El planteo generó una disidencia pública con Alberto Fernández, y el clima de tensión en el bloque persiste.