El presidente de Aluar, Javier Madanes Quintanilla, propuso la adopción de “algún modelo prejubilatorio” para allanar posibles conflictos que surjan ante la vuelta de la presencialidad laboral, en tanto advirtió que la salida de la pandemia “está lejos de resolverse”

El empresario advirtió es “es difícil de imaginar” la salida de la pandemia que, a su juicio “se viene prolongando por un tiempo muy largo” y genera complicaciones en las relaciones de trabajo.

En ese sentido, indicó que “la situación es cambiante” con momentos en que se incrementa la cantidad de personal licenciado y en otros baja.

En líneas generales, señaló que “el nivel de licenciamiento es elevado y el promedio en lo que va del año nosotros debemos haber tenido entre las distintas compañías una caída de la producción previa entre un 25% y un 30%”.

“Veo muy difícil que gente que se ha licenciado por diferentes causas pueda reincorporarse a una actividad normal y tampoco uno visualiza cuándo el período de restricciones va a terminar”, remarcó.

En declaraciones radiales, Madanes admitió que “hay incluso algunos niveles de enojo por declaraciones de gente de la UIA (Unión Industrial Argentina)”, en alusión a la propuesta formulada por el presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja, de no pagar a los trabajadores que no accedan a vacunarse contra el coronavirus.

Al respecto, puso en evidencia la “contradicción” entre resoluciones del Ministerio de Trabajo que definió que “gente de cierta edad y con ciertas enfermedades podía nuevamente ser convocada” pero que al mismo tiempo “sigue vigente el impedimento de despidos y la doble indemnización”.

“Por eso creo que vamos a tener que evaluar algún modelo prejubilatorio que permita quitar estos impedimentos”, para que las empresas “sientan que tienen un poco más de libertad o vean menos complejo en incorporar gente nueva a la plantilla”.

En ese sentido, indicó que en una de las plantas de la compañía hay “un 25% de la dotación bajo la figura de licenciamiento o no asistencia”.

“Son porcentajes muy elevados. No podemos vivir eternamente con eso porque te genera una improductividad y un problema de programación de la producción terrible", señaló.

En otro orden, manifestó no comprender la razón por la que se estigmatiza “a la empresa grande por sobre la pequeña o la mediana”.

“El tema de escala de las empresas depende de la masa crítica que necesita para desarrollar una determinada actividad. No es porque necesariamente una empresa por tamaño tenga un nivel de rentabilidad mayor que una mediana empresa”, planteó, en rechazo a lo que consideró “una actitud prejuiciosa y discriminatoria que no ayuda”.