Precios: un laberinto que hace llorar
Por Jorge Luis Pizarro (*)
La inflación de octubre 2020 fue del 3,8%, la variación interanual llegó al 37,2 % y en lo que va del año la acumulación inflacionaria es igual al 26,9 %. Una aventura llena de sorpresas es la de tratar de comprender por qué pagamos lo que pagamos en los comercios.
Durante los últimos meses, las frutas verduras y hortalizas han triplicado el aumento de los productos de almacén y la carne. En el afán de comprender qué es lo que sucede, decidimos consultar a Máximo Ortega, quién es productor frutihortícola de Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Y aquí ocurrió lo inimaginable.
Tomamos cuatro productos de estación y le preguntamos, cuánto le pagaban a él por kilo en la puerta de su campo, para luego contrastar con lo que paga cualquier consumidor en la verdulería. Al productor por cuidar la fertilidad de la tierra, elegir y comprar la semilla, sembrar, cuidar la planta y cosechar le pagan en el caso de la remolacha $25 por kilo. Al público, esa misma remolacha se paga el kilo $70. Un kilo de acelga al productor le pagan $20, pero esa misma acelga cuesta en la verdulería $55 por kilo. La lechuga criolla en el campo se paga $40, pero el verdulero lo vende a 140 y por un kilo de zapallitos el productor recibe $45 mientras que cualquiera de nosotros lo paga $100 en el comercio.
El señor Ortega, productor, con resignación comentó que sus insumos más importantes los paga en dólares, pero cuando le pagan el producto de su trabajo el precio se lo fijan en pesos. Según las consultoras privadas la próxima inflación estará cerca del 4%, y esto es, sin que todavía haya avanzado el anunciado descongelamiento de precios en las góndolas, lo cual es el comienzo de la eliminación de gran parte de los productos que conforman el listado de los precios máximos.
Por supuesto, no es el único aumento en marcha, ya que el presupuesto para el año próximo prevé el anunciado descongelamiento de tarifas, lo cual será más combustible para "el fuego de los precios". Ya que nos referimos al próximo presupuesto, recordemos que el mismo incluye un déficit fiscal del 4,5%, una inflación del 32% y un dólar a $102. ¿Son números posibles o sólo una expresión de deseos?.
También el proyecto propone modificaciones impositivas, lo cual significarían más impuestos para una economía que está ahogada de tributos. Algunos de los cambios que reportarán aumentos de impuestos serán sobre el rubro de productos electrónicos, apuestas online y primas de seguro automotor. La lógica del inversor tiene algunas preguntas fundamentales. Una de ellas es "dime cuántos impuestos tienes, y te diré cuánto o nada invierto".
Sin inversión será muy difícil revertir el desempleo, que según consultores laborales privados, computa desde el comienzo de la pandemia, la pérdida de tres millones de empleos formales más un millón y medio de empleos informales, que según la expectativa más alentadora, se podrían recuperar en 4 años aproximadamente.
Con el FMI en casa y las elecciones no tan lejos, los gremios afilan sus números paritarios que promedian aumentos no inferiores al 30%, mientras que los empresarios ya anticiparon, que esos aumentos no lo resisten las economías de sus compañías.
Esta semana no estuvo exenta de "papelones políticos". Por un lado se supo que la dirigente opositora Patricia Bullrich viajó a la marcha de protesta realizada en Córdoba con pasajes del Congreso. Por otro lado, el tratamiento del presupuesto en el Parlamento sufrió una demora,
ya que olvidaron enviar los anexos con los detalles sobre las inversiones en obras públicas que estaban anunciados en el dossier principal.
En ambos casos la explicación fue tan burda como el error:" problemas administrativos y de sistemas". Tampoco el presupuesto, a pesar de todos los meses que han tenido para prepararlo, contempla algo que ya está pasando en el mundo y de lo cual se habla mucho en la Argentina: una segunda ola con rebrote de Covid. El Ministerio de Economía no hizo previsión para esta posible contingencia que arrastra números no menores, ya que entre ATP, IFE y otros subsidios representan valores equivalentes a 0.5% del PBI.
Algunos de nuestros dirigentes están "tan lejos de la realidad", que no sólo cometen errores groseros sino que las explicaciones dan vergüenza. Por eso para algunos de ellos, una sugerencia: "no aclaren qué oscurece".
(*) Periodista de Radio Rivadavia.