El Banco Central Europeo (BCE) anunció un aumento del 0,25% de la tasa de interés, que se hará efectiva a partir de julio, y anticipó que habrá una nueva suba en septiembre a raíz de la "alta inflación" que afecta al continente.

Además, informó que el mes que viene finalizará su programa de compras de activos públicos, que fue su principal herramienta de estímulo desde la crisis de la deuda de la zona euro.

En un comunicado, el BCE consideró que "la alta inflación es un gran desafío para todos nosotros. El Consejo de Gobierno se asegurará que la inflación vuelve a su objetivo del 2% a mediano plazo". Con respecto a una nueva suba de tasas en septiembre, indicó que ese incremento "dependerá de la inflación. Si la perspectiva a mediano plazo persiste o se deteriora, se espera un incremento mayor" al 0,25%.

El organismo que preside Christine Lagarde constató que la inflación seguirá elevada durante más tiempo del que esperaba y ha elevado su previsión hasta el 6,8% anual para 2022. En consecuencia, el BCE modificó su política monetaria por primera vez en una década y decidió aplicar la suba de tasas desde el 9 de julio, fecha de la próxima reunión de la cúpula de ese organismo.

Las tasas se sitúan actualmente en el -0,5%, y Lagarde confirmó que podrían volver a situarse 0% o ligeramente por encima a finales del tercer trimestre del año.

Por otra parte, el BCE actualizó este jueves sus proyecciones macroeconómicas trimestrales y alertó: "la agresión injustificada de Rusia a Ucrania sigue pesando sobre la economía en Europa y en otros países, está creando disrupciones en el comercio y escasez de materiales, y está contribuyendo a los elevados precios de la energía y de las materias primas".

"Estos factores seguirán afectando a la confianza y lastrando el crecimiento, especialmente a corto plazo", añadió el organismo, que a la vez estima que la inflación media de la eurozona en 2022 sea del 6,8%, un incremento de 1,7 puntos porcentuales respecto a la proyección de marzo de este año.