El banco europeo HSBC trazó un panorama complicado para la economía argentina durante el 2024, proyectando una recesión del 2% y una inflación que alcanzará el 210% anual, al elaborar un informe en el que adelantó que ambos indicadores exhibirán un empeoramiento antes de mejorar.

La entidad financiera consideró que “las correcciones llevarán algún tiempo”, anticipando que “la inflación y la actividad económica empeorarán antes de mejorar”, por lo que planteó que “nuestro escenario base implica que éstas empiecen a mejorar en el segundo semestre de 2024” e indicó que “ahora prevemos una contracción del PBI del 2% en 2024″.

De acuerdo al análisis elaborado, la recesión prevalecerá a pesar de que “el sector agrícola debería recuperarse tras la sequía, pero el resto de la economía sufrirá una corrección significativa, resintiéndose el consumo y la inversión”. Los efectos desfavorables de las condiciones climáticas que afectaron a la producción durante 2023 empujaron a “una contracción del 1%”, según HSBC, que se vio atenuada por “las políticas expansivas que apoyaron al resto de la economía”.

Al respecto de dichas iniciativas, el banco sostuvo que se produjo “un enorme coste en inflación real y reprimida, que probablemente estallará en los próximos meses”, señalando que “desde mediados de 2022, el banco central ha monetizado las necesidades de financiación del Estado en 10 puntos del PBI”.

Tras el cambio de gobierno, “los precios de los productos básicos, que la administración anterior había forzado a la baja, han empezado a recuperarse”, señaló el informe y agregó que “esperamos que el gobierno permita un aumento significativo de los precios regulados”.

A raíz de eso, estimó que el impacto de la suba de precios llevará a “tasas de inflación mensuales de dos dígitos durante la mayor parte del primer semestre de 2024", con picos máximos por encima del 300% y se situará a finales de 2024 en el 210%”.

En cuanto a la variación del mercado cambiario proyectó que “la tasa de política monetaria no se ajustará a los elevadísimos niveles de inflación que prevemos para principios de 2024″ y añadió que “nuestra previsión supone que las tasas reales serán positivas en el segundo semestre de 2024″.

Al referirse a la implementación de la dolarización, el banco aseguró que aunque no es una meta inmediata, “sigue siendo un objetivo para el Presidente Milei” y adelantó que avanzar con esa idea “implica que se requerirá un mayor nivel del tipo de cambio, tipos de interés y consolidación fiscal para liberalizar el mercado de divisas de forma controlada”.

En el análisis, el HSBC aseguró que Javier Milei “tiene ante sí el inmenso reto de estabilizar la economía y encaminarla hacia un crecimiento sostenido” y anticipó que “podemos ver tres posibles caminos para Argentina a medio plazo”.

Por un lado, sostuvo que "para 2025, la estabilización podría estar bien encaminada, con un régimen monetario similar al de otras economías de la región (Perú, por ejemplo), que reconocen el uso generalizado de dólares estadounidenses”. La segunda posibilidad estima que “podría darse el caso de que Milei sea capaz de cumplir su promesa de dolarizar la economía como forma de frenar la inflación, y ese trabajo esté parcialmente hecho”.

El tercer escenario planteado por el banco “es que no tenga éxito, los inmensos riesgos de aplicación de un plan de estabilización provoquen una excesiva inestabilidad macroeconómica y esto resulte demasiado para el apoyo político y social inicial”, generando que el país siga “enfrentándose a una inflación muy alta, pero con una nueva capa añadida de incertidumbre política”.