La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) instó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a los de municipios del conurbano a imitar la decisión de los intendentes de Lanús, Tres de Febrero, Hurlingham, La Matanza, Merlo y Morón para que prohíban a los súper e hipermercados la comercialización de productos no esenciales, que está vedada para los negocios de cercanía.

Tanto CAME como la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) cuestionaron desde el inicio de la cuarentena el tratamiento desigual para la venta de productos no esenciales, que está permitido en el caso de las grandes cadenas de comercialización mientras zapaterías, librerías, boutiques y casas de indumentaria permanecían cerradas.

El levantamiento de esas restricciones permitió en parte superar ese conflicto, pero el regreso a la fase inicial de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) reinstaló el debate al respecto, por lo que las entidades reiteraron su reclamo a las autoridades de cada distrito.

Al respecto, el presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán, no sólo destacó la decisión de los seis municipios del conurbano sino que pidió “la extensión de la decisión adoptada” a “todo el AMBA y a las jurisdicciones que se encuentran en fase 1 para evitar un mayor cierre de pymes”.

“Esta decisión protege a los comercios que tienen prohibida la comercialización de sus productos”, indicó Díaz Beltrán, en tanto el titular de FECOBA, Fabián Castillo, planteó en un encuentro con representantes de centros comerciales porteños la “preocupación” del sector por la “modalidad que se extiende en supermercados de la zona metropolitana y que le da una vuelta más a la soga que tienen en el cuello los comercios de proximidad”.

CAME cuestionó que “los negocios dedicados a la venta de artículos de indumentaria, lencería, calzado, etc, no están habilitados para abrir” en tanto “las grandes superficies como hipermercados siguen vendiendo mercaderías no esenciales”.

“Esto sucede porque el decreto presidencial por el cual se mantiene el aislamiento social, preventivo y obligatorio no se los prohíbe”, advirtió.

En un contexto en el que las medidas de prevención son intensamente requeridas, La entidad señaló que “la pyme es atendida por sus dueños o personal que vive en cercanía o se traslada por medios propios” y en consecuencia “tiene muchísima menos circulación que un hipermercado” y además “puede adoptar medidas de limpieza y desinfección mucho más estrictas que un gran supermercado donde miles de personas tocan y dejan productos en diversos lugares”.

“Los comerciantes de electrodomésticos, indumentaria, juguetería, librería, blanquería, marroquinería, calzados, artículos de bazar y para el hogar, entre otros rubros, están haciendo un gran esfuerzo económico para subsistir ante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, acumulando deudas, y con una caída de las ventas minoristas de 50,8% anual en el mes de mayo”, añadió.

Al respecto, argumentó que “mientras que el 94,5% de las pymes no pueden cubrir sus costos operativos, las grandes cadenas ofrecen descuentos especiales en estos productos, aprovechando la circunstancia”.