El déficit primario de julio fue de $43.417 millones, lo que representa una desmejora de $102.294 millones respecto del superávit de $58.877 millones de doce meses atrás, pero hubiese sido aún más pronunciado de no haber mediado el aporte de $100.000 millones de transferencias del Banco Central al Tesoro nacional.

La información fue adelantada por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), una semana antes de que se presente el informe correspondiente del Ministerio de Economía, previsto para el jueves 20 de agosto.

El continuo aporte de utilidades y adelantos transitorios de la autoridad monetaria se convirtió en lo que va del año en una de las principales fuentes de ingresos del Estado nacional junto a los tributarios, al punto que el ítem “Rentas de la Propiedad” representó en los primeros siete meses un total de $1.170.035 millones, en tanto en el mismo lapso lo recaudado en impuesto alcanzó a $1.350.584 millones.

El cómputo de esos recursos son determinantes para evaluar el resultado fiscal, ya que con los aportes de Rentas de la Propiedad el déficit primario de los primeros siete meses fue de $15.402 millones, pero si se los excluye el deterioro asciende a $1.185.437 millones.

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Los aportes del ente presidido por Miguel Pesce cobraron una importancia especial en tiempos de pandemia y cuarentena, por la combinación de falta de financiamiento por vía del endeudamiento, una caída abrupta de la recaudación en términos reales por la baja de la actividad económica y un aumento del gasto para hacer frente a las urgencias sanitarias y sociales.

Pero otro aspecto que derivó en un aumento del gasto y un mayor deterioro del resultado fue el incremento de la factura de subsidios que el Estado le concede a diferentes empresas de servicios públicos, principalmente del sector energético, a raíz del congelamiento de tarifas.

Al respecto, los subsidios que el Estado nacional otorgó el mes pasado a los diferentes sectores económicos fueron de $59.938 millones, con un 88,4% de aumento interanual nominal y un 32% en términos reales.

Esa suma es un 49,4% más que lo que se destinó en el mes al pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que representó un desembolso de $40.140 millones, según el informe de la OPC.

Asimismo, por sí solos y si se excluye del cálculo a los $100.000 millones aportados por el BCRA, los subsidios fueron un 38,1% superiores a todo el déficit primario, de lo que se desprende que las cuentas pudieron haber sido superavitarias.

Pero si se toma el nivel de los subsidios acumulados en los primeros siete meses del año llegan a $277.749 millones, con una suba nominal del 88,6% y real del 28,9%.

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En lo que respecta a julio, los gastos primarios de la Administración Nacional registraron un incremento de 19,2% interanual en términos reales, en tanto los ingresos tuvieron una caída del 8,3%, con un único ítem que tuvo en doce meses un aumento: Rentas de la Propiedad, con una suba de 90,7% en términos reales.

La OPC aclaró que si se excluyesen los $100.000 millones de utilidades del BCRA, la caída real de los ingresos hubiese llegado al 27,5%.

En síntesis, debido a la caída de los ingresos y al aumento en los gastos primarios, el resultado primario pasó de un superávit de $58.877 millones en julio de 2019 a un déficit de $43.417 millones en igual mes de 2020, pero si se excluyen de los ingresos las utilidades transferidas, el déficit primario alcanza a $143.417 millones.

Por su parte, el resultado financiero deficitario se incrementa de $32.162 millones a otro de $74.125 millones, o $174.125 millones sin contar las utilidades de la autoridad monetaria.