El economista Carlos Melconian descartó que la estabilidad cambiaria de los últimos meses sea el resultado de una política económica acertada y atribuyó el fenómeno a la liquidación de divisas aportada por lo que denominó “la santa soja”, que en las últimas semanas alcanzó las cotizaciones más altas en nueve años.

“¿Qué evitó una explosión cambiaria y financiera en Argentina? La santa soja. Si no venía la santa soja o el regalo de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, volaba por el aire esto. No es política, ni slogan, ni ganas de hacer despelote. Esto es así”, aseguró.

En declaraciones periodísticas, el ex presidente del Banco Nación en el primer año de gestión de Mauricio Macri advirtió que el acuerdo que se está negociando con el Fondo Monetario Internacional no va a “excitar” por su contenido, sino que se sellará para que la Argentina no sea “paria mundial”.

Además de los compromisos por US$ 44.000 millones con el organismo multilateral de crédito, desde el 1 de junio rige el período de gracia de 60 días con el Club de París para el pago de la deuda con los Estados miembro de unos US$ 2.400 millones, que si no se saldan antes del 31 de julio implicaría entrar en default con esos países.

Pero para Melconian, una vez formalizado el acuerdo con el FMI la incógnita es “después qué va a venir” en materia de política económica, en un país que no crece desde hace una década. “Argentina tiene que encontrar la fórmula para volver a crecer. La crisis viene desde 2011. No crecer en términos económicos es estar en crisis”, indicó.

En cuanto a la coyuntura actual, en la que la cotización del dólar se muestra estable desde hace varios meses, Melconian atribuyó el fenómeno al ingreso de divisas por “la santa soja”, que se tradujo en un incremento de liquidaciones por parte del sector agroexportador y un aumento de más de 230% interanual en la recaudación de los derechos de exportación, que aportaron a la administración nacional recursos extraordinarios no contemplados en el Presupuesto. Sin esos fondos, aseguró, tanto la paridad cambiaria como la economía en general hubieran “volado por el aire”.

Con una tendencia a la suba que comenzó a vislumbrarse en la segunda mitad de 2020, la soja alcanzó el 12 de mayo su mayor cotización en el Mercado de Chicago, con 616,30 dólares la tonelada, en tanto en el último cierre quedó en un nivel de 567,06 dólares. Esos ingresos fueron determinantes para que el déficit primario se redujera y, además hubiera recursos para hacer frente a los programas de emergencia en el marco de la segunda ola de la pandemia de coronavirus.