La economía argentina en general y el Gobierno en particular se verán favorecidos en el corto plazo por el “viento de cola” que representan la suba del precio de las materias primas, el crecimiento de Brasil y la probable decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de ampliar su emisión de Derechos Especiales de Giro (DEGs), destacó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).

Sin embargo, en un análisis de su economista jefe Juan Luis Bour, la entidad advirtió que esos recursos generarán una bonanza transitoria que si no es acompañada por otra clase de medidas podría convertirse en una “maldición” cuando se reviertan los buenos precios internacionales.

“Por ahora el 2021 luce bien, pero no hay que olvidar que la tormenta de Santa Rosa siempre llega”, advirtió Bour en una alusión al denominado “viento de cola”, como se conoce a la serie de circunstancias favorables en la economía de un país.

Al respecto, señaló cuatro factores hechos que “aun cuando desconectados entre sí, juegan todos como shocks favorables para la economía argentina”.

“Por una parte, la economía de Brasil comienza a remontar a un ritmo que, si bien lento, podría alcanzar 3,3% de crecimiento en 2021 tras caer 4,1% en 2020”, señaló, al tiempo que precisó que “si bien la magnitud de la recuperación es débil y está amenazada por la pandemia, el ciclo se coordina con la recuperación en Argentina”.

En segundo lugar, Bour señaló que “las expectativas de una gran sequía por el fenómeno La Niña han cedido, dejando lugar a un escenario climático más benigno que reduce las pérdidas previstas para la cosecha gruesa”.

El economista jefe de FIEL también valoró la suba de los precios internacionales de las commodities agrícolas como la soja, el maíz, el trigo y la leche, “que podrían eventualmente sostenerse más allá de este año, definiendo un nuevo ‘superciclo’ para las materias primas”.

Como cuarto elemento anotó la “probable aprobación por parte de los ministros de finanzas del G7 y del FMI de una ampliación –que podría ser no condicionada– de los Derechos Especiales de Giro asignados a los países miembro”, que podría representar un aporte de unos 3.500 millones de dólares que engrosarían las reservas.

“Estos recursos son ‘maná del cielo’ para la coalición gobernante, que por esta combinación de factores podría transcurrir todo el 2021 pagando los servicios de deuda con los flujos que inesperadamente llegan, sin necesidad de refinanciar deudas ‘sometiéndose’ a las exigencias de ajuste del FMI”, completó Bour.

Pero las ventajas que implicaría ese “bono” de miles de millones de dólares “puede convertirse en una maldición” en un contexto en el que “se privilegia en extremo el corto plazo”, algo que Bour considera “típico de gobiernos populistas”.

Esa “maldición” suele darse en muchos países dependientes de los precios de las materias primas que exportan, ya sean agrícolas, minerales o hidrocarburíferas, “por el desplazamiento de otras actividades ante el boom de precios”, sostuvo.

En ese sentido, Bour apuntó que “la ‘maldición de las materias primas’ es en buena medida el reflejo de otra ‘maldición’, la de los gobiernos populistas miopes que diseñan –por voluntad o incapacidad– programas que solo pueden sostenerse con ‘viento de cola’”.

“Esta vez las cosas tampoco serán diferentes”, lamentó, para agregar que “el viento de cola de hoy alimentará una burbuja insostenible de precios relativos que seguramente seguirá realimentando la incertidumbre y paralizando decisiones de inversión”.