El ingreso de divisas por las exportaciones de granos enfrentará en 2021 un dilema que preocupa tanto en el sector agropecuario como en los despachos del Banco Central, ya que la reducción en las estimaciones de la cosecha de soja podría contrapesar los efectos positivos de un contexto favorable por la suba del precio internacional de la oleaginosa.

“¿Sin soja, hay suerte?”, se preguntó la consultora Invecq en su último informe de coyuntura, en el que destacó que “la baja tasa de interés a nivel global y la suba del precio de la soja es un viento de cola para la Argentina”, si bien también apuntó como factores adversos “la inestabilidad global” en el plano internacional por efecto de la pandemia de coronavirus y, en lo que atañe al país, “las nulas reservas y la falta de acceso al crédito internacional”.

La entidad dirigida por el economista Esteban Domecq recurrió al último reporte de Estimaciones de Demanda y Oferta Agrícola Mundial (WASDE, por sus siglas en inglés) que elabora periódicamente el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y que es seguido con atención por las autoridades agropecuarias de todos los países.

El WASDE “estima que Argentina sufrirá una pérdida de 2 millones de toneladas respecto de la estimación de diciembre” y además Invecq acotó que las últimas lluvias “solo alcanzaron a aliviar a una pequeña porción” de la zona núcleo.

“El valor de los commodities relacionados al agro cumplieron con un incremento mayor al esperado en 2020 y el FMI sugiere que esta tendencia se potenciará durante todo el 2021”, añadió la consultora, que destacó que “de esta manera, el valor de la soja vuelve a posicionarse por encima de los US$ 500 por tonelada, un tenue alivio para la economía argentina que no recibía tal noticia desde el año 2013”.

Si bien la demanda continuará siendo elevada, en especial luego de que en 2020 China haya sido el único país que concluyó el año con un crecimiento de su economía, para Invecq “es difícil ver un proceso de crecimiento sostenido que nos devuelva a una situación de precios de commodities récord como sucedió hace pocos años”, en referencia al período previo al 2013.

En ese sentido, señaló que “se espera que el incremento de la demanda a nivel global sea cercano al 4% con relación al año anterior, lo que convalida un piso para este año, sobre todo a la espera de una recomposición del comercio global”.

A eso debe agregársele la falta de certezas sobre el futuro de la pandemia en el mundo, si se tiene en cuenta que tanto el abastecimiento como la efectividad de las diferentes vacunas en la mayoría de los países difieren de las previsiones trazadas hace pocos meses.

La suba del precio de la soja favorece a la Argentina, pero caen las estimaciones de cosecha

“La aprobación de las vacunas alentó a que las esperanzas de esta recuperación se sostengan y que la pandemia llegue a un punto de inflexión. Sin embargo, las nuevas cepas, la efectividad de las vacunas y la capacidad de cada país para lograr un alcance efectivo, ponen en jaque lo anterior y abren las puertas a la incertidumbre sobre la sostenibilidad del crecimiento global”, indicó Invecq al respecto.