Las modificaciones que el Poder Ejecutivo realizó a las leyes de Presupuesto en la última década son equivalentes a más de dos “presupuestos paralelos” si se suma el volumen de las ampliaciones establecidas a través de los decretos de necesidad y urgencia y las decisiones administrativas entre 2011 y 2020.

En ese período, los gobiernos de los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández dispusieron modificaciones a la denominada “ley de leyes” que representaron un gasto adicional equivalente al 228,7% de las erogaciones autorizadas por el Congreso.

Al respecto, dos de los diez presupuestos de la década fueron en rigor prórrogas del ejercicio anterior (2011 y 2020) y el año pasado se dio la particularidad que por primera vez en lo que va del siglo hubo una ampliación realizada a través de una ley.

El año en el que el Poder Ejecutivo dispuso del mayor nivel porcentual de incrementos del Presupuesto fue 2016, en el que a través de una serie de DNUs y Das se amplió la autorización de gastos en un 41,1%.

Por entonces, la razón esgrimida por el ministro Alfonso Prat-Gay fue que la ley de Presupuesto había sido elaborada por el gobierno previo, con criterios que fueron objetados por no guardar relación con la realidad.

El mismo argumento utilizó Fernández en 2020, primero prorrogando la ley del Presupuesto 2019 y sus modificatorias por considerar que el proyecto presentado por el gobierno anterior era “un dibujo”, y luego girando al Congreso un proyecto de ley de ampliación.

En la última década, el Poder Ejecutivo aplicó dos “presupuestos paralelos”

En 2020, Fernández y su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, suscribieron decretos y decisiones equivalentes al 21,5% del presupuesto original, pero si se incluyera en el paquete a las modificaciones establecidas en la ley de ampliación, los cambios alcanzarían al 59,7%, de acuerdo con los cálculos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

En el caso particular del Presupuesto 2020 (y todo hace prever que ocurrirá lo mismo en el año en curso) la irrupción de la pandemia de coronavirus obligó a replantear los gastos autorizados, con la adopción de una serie de programas de emergencia.

Pero por lo general, la razón que llevó a todos los gobiernos de la década a modificar el Presupuesto fue que la inflación superó en todos los casos las proyecciones establecidas en la elaboración de la ley.

Por la misma razón, el grueso de las ampliaciones presupuestarias se produce en los últimos meses de cada año, cuando los números de la inflación efectiva sobrepasan las previsiones.

Los tiempos marcados por la ley de Administración Financiera establecen que el proyecto de ley de Presupuesto debe presentarse ante la Cámara de Diputados no más allá del 15 de septiembre del año anterior, luego de un proceso de elaboración que comienza en abril.

Esto implica que, por ejemplo, en estos momentos diferentes reparticiones oficiales estén proyectando cuál será el gasto que tendrán que ejecutar en diciembre de 2022, con la dificultad que conlleva prever la inflación dentro de veinte meses.

Al respecto, debe tenerse en cuenta que el cálculo de gastos y recursos para este año está basado en que la inflación sea del 29%, una meta difícil de cumplir si se tiene en cuenta que en el primer trimestre los precios minoristas tuvieron un alza del 13%.

De acuerdo con los sucesivos informes de la ASAP, la década comenzó con ampliaciones presupuestarias equivalentes al 23,3% de los gastos autorizados por ley para 2011.

En 2012 fue cuando las modificaciones cayeron al menor nivel durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, con un 16,5%

En 2013 hubo ampliaciones por un 24,1% del total establecido en la ley y en 2014 se elevó al 35,5%.

Las ampliaciones registraron un descenso en 2015 al 19,8% y en 2016, como ya se señaló, tuvo lugar el récord del 41,1%.

Como contrapartida, en 2017 las ampliaciones fueron las menores de la década, con un 11,4%, porcentaje que fue subiendo de la mano de la mayor inflación: 17,4% en 2018 y 18,1% en 2019.