La compañía YPF aprobó un proyecto de racionalización y optimización de la inversión de la empresa en “campos maduros”, que son aquellos yacimientos que ya superaron su pico óptimo de producción.

Dado el impacto de esta decisión, YPF se comprometió a garantizar los puestos de trabajo que pudiera verse afectados.

La medida implica también “realizar una evaluación de recuperabilidad del valor contable de dichos activos, lo que arrojaría como resultado un deterioro del valor contable del ejercicio 2023”, según indicó la compañía en un comunicado de prensa tras la reunión de Directorio realizada en la víspera.

“El plan de racionalización busca optimizar el portafolio del upstream convencional, permitiendo a la empresa continuar desarrollando las áreas convencionales y no convencionales que aportarán mayor rentabilidad a la compañía y sus accionistas por dólar invertido, mediante una mejor alocación de sus recursos técnicos y económicos. Los campos maduros que conforman el grupo de activos constan de un total de 55 áreas”, añadió la comunicación.

YPF sostuvo que “las buenas prácticas de la industria petrolera establecen que, para las compañías de escala como YPF, no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos, los cuales en general son operados por operadores más pequeños que puedan dar continuidad a la actividad”.

“En este proceso, YPF colaborará de forma activa con el desarrollo local y garantizará los puestos de trabajo durante la transición, entendiendo que este proceso dinamiza la industria en su conjunto, ya que nuevas pymes locales podrán dar trabajo y desarrollo a cada región explotando áreas que de otra manera no podrían hacerlo”, añadió.

YPF afirmó que de esta forma “optimizará su inversión, pudiendo concentrarse en aquellas áreas convencionales y no convencionales que generen mayor valor para la compañía y sus accionistas y sean más acordes a su escala”.

Finalmente, se informó que “para llevar adelante este proceso se debe realizar una evaluación de recuperabilidad del valor contable de estos activos convencionales, evidenciando un indicador de deterioro del valor al 31 de diciembre de 2023 estimado en US$1.800 millones”.