Con la llegada de las vacaciones y el impuestazo del 30% a la compra de divisas, los ahorristas argentinos hacen resurgir el furor por las "cuevas" de la city porteña y de otros centros urbanos, cuyo ejército son los ´arbolitos´, y que pagan hasta 30% por el dólar.

Por primera vez en casi cuatro años, quienes manejan el dinero negro en el microcentro porteño y los grandes centros urbanos del interior se preparan para revivir los tiempos dorados del segundo gobierno de Cristina Kirchner, cuando horas después de obtener la reelección puso en marcha el "cepo cambiario".

Quien tenga dólares y necesite venderlos, el peor negocio que podrá hacer será ir a un banco o una casa de cambio "oficial": se lo pagarán a $ 58, cuando si luego necesita comprarlo deberá pagarlo $ 82.

Por eso, muchos argentinos retomaron sus contactos con los "cueveros" de confianza, que vuelven a alquilar oficinas en la city y a renovar equipamiento, como los contadores de billetes.

Y también a tomar empleados, que por ahora son en negro, ya que su primer destino serán las calles, al grito de "cambio, cambio, dólar, euro, real, cambiooo...".