“En 48 horas secuestramos en el Aeroparque Metropolitano cerca de 230 camisetas del 10 y capitán de la Argentina con su nuevo club” informó a NA un funcionario de la Aduana que trabaja bajo la dirección de Guillermo Michel.

El caso más reciente de una mujer que intentó superar los controles con 50 camisetas idénticas, perfectamente embaladas, que,  por su volumen, transgredía por lejos el régimen de equipaje vigente, pone en blanco sobre negro, la alta demanda de muchos argentinos que intentan lucir cuanto antes la camiseta oficial de Lionel Messi en el Inter Miami.

Sin embargo, al analizarse la mercadería incautada se descubrió que era “trucha”, falsificada o apócrifa y el único presunto interés que tenía la “bagayera” era poner a la venta un producto ofreciéndolo como original cuando no lo era en absoluto.

Porque, de hecho, a una semana de conocida la nueva camiseta en los Estados Unidos, aún no se ha puesto a la venta en la Argentina en ningún local que represente a la marca originaria de Alemania y que se identifica con las tres tiras.

En Miami, los residentes argentinos que están siguiendo a diario los entrenamientos y los partidos del Inter, reportaron que las calles cercanas al estadio se llenaron de vendedores ambulantes que ofrecen réplicas de la original, a menos de la mitad de precio, de lo que cuesta en una tienda oficial.

Mientras que en la calle las imitaciones cuestan entre u$s 30 y u$s 50 dólares, en el sitio web del club, se venden las casacas más económicas con el número 10 en la espalda, el nombre de Messi y la versión corriente en rosa “The heart beat”, unisex a u$s 124,99 y la camiseta oficial black “La Noche” que suele usarse como suplente tiene un valor similar a la rosa.

Para los más exigentes y los coleccionistas se ofrece la “Authentic” que es la que utilizan los jugadores con una tela premium y cuyo precio asciende hasta los u$s 194,99. Existen dos versiones intermedias para adultos a u$s 159,99 y u$s 179,99. Y para los kids los precios descienden y se comercializan a u$s 104,99.

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El boom de las ventas se produjo el día de la presentación de Lio cuando los fans que asistieron al evento deportivo vaciaron el local cuyas vendedoras facturaron más de 130.000 dólares en indumentaria oficial.

Tanta demanda por obtener la camiseta del 10 se replica en nuestro país donde las consultas a través de páginas web y redes sociales se multiplican a la espera que la cadena oficial de ropa lance a la venta las prendas del nuevo club del capitán de la Selección Nacional.

Mientras tanto aparecen las falsificaciones y el contrabando y los pedidos a las azafatas y pilotos no se detiene.

En el aeropuerto internacional de Ezeiza se comenta por lo bajo acerca del accionar de los bagayeros profesionales, aquellos contrabandistas que trabajan de pilotos, azafatas o personal aeronáutico, y que se distinguen del bagayero común y corriente con el que se conoce al pasajero normal que compra un pasaje y viaja para comprar mercadería al por mayor que después revenderá en alguna gran ciudad del país.

Sin embargo, éstos últimos están muy controlados desde que las autoridades han dispuesto un férreo control de lo que se ingresa al país.

El sistema por el que atraviesan los turistas analiza ciertas variables como la cantidad de bultos que componen el equipaje, la diferencia entre el bagaje al salir y al retornar y la cantidad de viajes realizados. Los valores se relacionan con la actividad económica del pasajero y sus antecedentes de infracciones.

Además, la información que recibe la Aduana sobre consumos de alta gama de turistas argentinos que vuelven de Europa y piden tax refund, devolución de impuestos, también se incluye en el sistema.

A pesar de esta vigilancia, durante la pasada semana, los agentes han comenzado a encontrar las camisetas que Messi luce en el Inter Miami. Y, si bien, se puede ingresar indumentaria dentro del régimen simplificado, los volúmenes hallados en las maletas de una mujer, 50 camisetas idénticas, hicieron sonar todas las alarmas.

Voceros de la Aduana explicaron a este medio que “la verificación realizada por especialistas en fraude marcario constató que la mercadería era apócrifa” y la probable intención de venta de la indumentaria como ropa original.

Las prendas, que llegaron junto a la infractora desde Santiago de Chile, fueron incautadas por la Aduana según la normativa vigente que incluye los términos 977 y 978 del Código Aduanero. Se desconoce cuál de los tres caminos habituales que sigue la mercadería incautada se tomará con respecto a estas camisetas falsificadas.

La Aduana puede donarlas, destruirlas o subastarlas, pero lo cierto es que, extraoficialmente, esperan que se produzcan más casos como este ante el interés que despertó la actualidad del jugador rosarino que ya es pasión de multitudes en  los Estados Unidos.