Más efectos indeseados de la Ley de Alquileres
El proyecto de alquilar por al menos tres años una propiedad chocó de frente con una realidad indeseada en el mercado inmobiliario.
El efecto de la pandemia y la necesidad de contar con algún espacio verde donde poder reunirse con un número reducido de amistades o familiares transformó en tendencia el alquiler de propiedades en la zona norte del Conurbano.
Sin embargo, el proyecto de alquilar por al menos tres años una propiedad chocó de frente con una realidad indeseada en el mercado inmobiliario: la Ley de Alquileres. En este sentido, si hablamos de casas en barrios cerrados, nos encontramos con que entre el 70 y el 80% del mercado inmobiliario en alquiler en zona norte está destinado al alquiler temporario.
Ante el panorama de alquilar, del modo convencional, por un período de tres años o hacerlo por lapsos menores de tiempo, el propietario se vuelca por esta segunda opción. Los motivos son más que claros.
La Ley de Alquileres genera un escenario en el que no se tiene previsión de nada y no deja abierta la posibilidad de negociación, ni abierta la voluntad de las partes de poder negociar un mejor número, o cómo serían los incrementos posteriores al primer semestre, como sucedía antes. Así, se presenta una situación en la que el propietario busca resguardarse económicamente. Sumado a esto, ciertos gastos como, por ejemplo, ARBA, ahora corren por cuenta del propietario.
A esto hay que sumar que, ante lo que parecía ser un cierre de los destinos turísticos de la Costa Atlántica (situación que luego no se concretó), los alquileres por mes, quincena, semana e incluso días, hizo explotar la oferta y demanda de casas en countries y barrios cerrados para el verano.
(*) Director de Depa.