La única certeza que deja la economía argentina es que en lo que resta del año "no habrá dólares para todos y todas", aseguró el especialista Ricardo Delgado, y alertó que es "factible que haya faltantes de productos".

Dijo que comunicación "A 7532" del Banco Central que dispuso restricciones para importar es la "última trinchera de resistencia en el intento de evitar una devaluación del tipo de cambio oficial en los próximos meses".

"En un segundo semestre que se proyectaba turbulento, con reservas declinantes, inflación persistente e inestabilidad financiera, la medida no sorprende", señaló el ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri.

Sostuvo que si el hecho de que los pagos de importaciones hayan crecido 35% hasta mayo respecto de un año atrás "es o no un festival", como dijo la vicepresidenta Cristina Kirchner, resulta opinable. Pero coincidió en que "una combinación desafortunada de factores hace inviable esta velocidad de crecimiento para la sostenibilidad de las cuentas externas y el cumplimiento del objetivo de reservas acordado con el FMI".

"Desde hace más de un año que la brecha cambiaria incentiva a las empresas a dolarizarse indirectamente por medio de adelantar compras externas de insumos, bienes de capital, materias primas, con divisas al valor oficial", señaló.

Y explicó que "como no pueden hacerlo si adquirieron dólares financieros (CCL o MEP), la vía de escape es la importación". "En los últimos meses, además, una inflación que se aceleró y escasas alternativas de cobertura en pesos aumentaron las expectativas devaluatorias, realimentando los incentivos a importar", detalló.

Precisó que "a esta dinámica generada por la brecha se sumaron los nuevos precios de las importaciones de energía desde la guerra en Ucrania y, por supuesto, los errores no forzados del propio Gobierno, como haber dilatado la construcción del gasoducto de Vaca Muerta, y el incremento de los costos logísticos a partir de la salida de la pandemia".

En esa línea, aclaró que esta medida del BCRA "cambia las exigencias para los bienes con licencias no automáticas y en particular para los servicios, cuya cuenta no para de crecer, ya que neta de fletes, aumentó 90% en los primeros 5 meses, con pagos de viajes y tarjetas de crédito que se triplicaron (US$2.200 millones)".

LEÉ: El BCRA debió volver a vender divisas

Ahora este universo "necesitará financiamiento de al menos 180 días para poder luego acceder a los dólares oficiales", dijo Delgado.

Sostuvo que el gobierno se maneja con cinco premisas: "1) No se devalúa. 2) No se contrae la actividad económica. 3) Es temporal (tres meses). 4) Quedan exceptuados la energía y los medicamentos. 5) Los que importen tendrán que obtener financiamiento adicional si superan los topes disponibles", pero advirtió que "la factibilidad de varias de ellas es cuestionable".

"Lo que es claro es que la astringencia importadora agrega dificultades a las decisiones privadas. ¿Habrá financiamiento, comercial, bancario, para los que lo deseen? ¿A qué tasa, con un riesgo país instalado en 2.500 puntos básicos? ¿Con qué dólar proyectar el costo de reposición? ¿Con el contado con liqui? ¿Con uno intermedio entre los financieros y el oficial, una especie de dólar "celeste"?", se preguntó.

Dijo que "con decisiones de precios que se basan en la evolución del dólar, están dadas las condiciones para nuevas presiones sobre los costos de las empresas que agregarán algunos puntos adicionales a la inflación".

"Es factible que haya faltantes de productos, una mayor fricción en las negociaciones comerciales en el exterior. Y para los que no logren financiamiento, pesos disponibles que presionarán sobre la cotización de los dólares financieros", señaló.

Para Delgado, "comienza un semestre decisivo para la política económica, en que el manejo de las expectativas y los escasos instrumentos de que dispone el Gobierno definirán el formato del último año y medio de gestión. Con una certeza: no habrá dólares para todos y todas".