Con el término económico estanflación se suele indicar el momento o coyuntura financiera en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede.

Los datos oficiales y los diálogos informales entre los funcionarios de las gobernaciones y los empresarios con intereses en sus territorios han generado una ronda de consultas entre mandatarios de la coalición oficialista donde se alcanzaron coincidencias entre políticos que no suelen mostrarse unidos en sus opiniones.

Como sostenía el gran poeta ciego nacional, “no nos une el amor sino el espanto”. Y el abismo del derrumbe económico de la Argentina está a la vuelta de la esquina si se anota que el costo de vida no hace más que ir en aumento.

Para el séptimo mes del año, la ministra de Economía, Silvina Batakis, posee un informe preliminar que habla de un índice de precios al consumidor superior al 8%. Ni siquiera los integrantes de las fundaciones y consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central se animaron a tanto. En ese ranking, existe un promedio que da 7% pero los incrementos de precios en los alimentos y en las bebidas que se registran a diario en los supermercados y en los comercios de cercanía no hacen más que abonar el registro acercado a la ministra y que justificaría las presiones por más planes, mas asistencia social y las constantes renovaciones de los convenios laborales para acordar nuevos salarios que se están homologando a diario en el Ministerio de Trabajo entre empresarios y sindicalistas.

Los argumentos que el Presidente Alberto Fernández escuchó de boca de los gobernadores provinciales para fortalecer la gestión con cambios inminentes están basados en el día a día de sus comprovincianos que observan como el sueldo se les licua de las manos, y los empresarios prefieren esperar por nuevas medidas para no perder sus reservas de valor en el mientras tanto.

En la provincia de Córdoba, cuyo gobernador Juan Schiaretti no apareció por la Casa Rosada, los reclamos de los comerciantes se producen a viva voz. Es el caso por ejemplo de Julio Isuani, que tiene una tradicional casa de electrodomésticos y afirma,  "El mayor problema de la actual crisis cambiaria es la brecha entre los paralelos y el oficial. Éste último casi no se mueve y al no hacerlo se cierran las puertas de los proveedores que no nos permiten renovar más stock y las ventas, en mi rubro, electrodomésticos, prácticamente se pactan día a día”.

En Mar del Plata, Aldo Rodríguez que integra la cámara de comercio local, sostuvo, “tengo un local a la calle en la peatonal San Martín, y vendo notebooks, electrodomésticos y celulares que aumentamos, en algunos casos, hasta un 25%. Hoy los proveedores no me están entregando porque no tenemos precios de referencia y comienzan a haber faltantes. De cualquier manera, yo necesito vender porque tengo una estructura que sostener. Lo que ayer fue bueno hoy parece malo. Entonces, uno vende a un precio sin referencias porque al reponer los productos te cierran la puerta".

La crisis cambiaria, con cepo incluido, ha llevado a coberturas sofisticadas de parte de muchos integrantes de diversas cadenas de valor.

El jueves 28 se registró un nuevo incremento en la punta vendedora de los dólares alternativos como el MEP, el Dólar Mercado Electrónico de Pagos (MEP), conocido también como Dólar Bolsa, es el cambio resultante de una compra en pesos y su posterior venta en dólares a través de la compra-venta de bonos. Es decir que, al vender el bono adquirido en pesos, se obtiene el valor del bono revendido en dólares.

En el sector de la construcción, de las comunicaciones, el automotriz, que está soportando una gran cantidad de presentaciones de compañías autopartistas que están accediendo a Procedimientos de Crisis, entre otros rubros, están haciendo cuentas para cotizar sus productos según el dólar MEP o con un promedio entre el dólar oficial que administra la mesa de dinero del Banco Central y el dólar MEP. Un promedio que arrojaría 210 $ por unidad de la divisa estadounidense.

Esta sería una de las maneras diseñadas por los empresarios para no caer en un estancamiento total de la producción que ya registra cortes de turnos productivos y licencias de personal calificado de diversas industrias.

Mario Grinman, de la Cámara de Comercio y Servicios, había explicado la situación ante los medios diciendo que "muchos colegas de cámaras empresariales pymes y sus socios acuerdan en ver qué es lo que va a pasar con Silvina Batakis. Aun así, lo que pasa en los comercios no es nada nuevo. La incertidumbre es peor que lo malo. El empresario tiene algo que se llama capital, que es su resguardo de valor, su stock. Entonces, si observa que baja ese stock y no sabe si lo podrá reponer, va a poner un precio exagerado para que nadie le compre o baja las persianas y se va a pescar a la costanera".

Jorge Macrini, tiene una pyme textil, estuvo a punto de perderlo todo por la recesión del año 2020 y parte del 2021 producto de la pandemia de coronavirus. “Si el gobierno extendía un par de meses más la cuarentena me mandaba a tocar la guitarra al subte”, grafica el empresario.

“Retomé con buenos empleados que también necesitaban producir y volví a vender en pequeñas tiendas de capital pero también en ciudades del interior bonaerense. Comencé a sacar la cabeza ofreciendo financiación a 30, 60 y 90 días a los comerciantes y la rueda se movió pero ahora la tengo que frenar, si o si”, explica Macrini.

“Estoy viendo cobrar a plazo pero con la cotización del MEP como referencia”. Sin embargo, esta práctica habitual, que busca salir de la parálisis que produce la ausencia de ventas por falta de precios generando una cobertura para eventuales saltos cambiarios, podría traer como resultado, un incremento significativo en los precios mayoristas que luego terminarán por trasladarse a los precios minoristas, dándole a la inflación un nuevo impulso en su meta que persigue, la devaluación de la moneda nacional.

Pero, sin lugar a dudas, la preocupación mayor de  los gobernadores transcurre por lo que pueda ocurrir en el octavo mes del año. Han recibido advertencias de empresas líderes de la alimentación que están recibiendo aumentos de precios de parte de sus proveedores que tienen insumos dolarizados. Desde fabricantes de latas, papel, insumos químicos, azúcar, envases, etc. están enviando listas a los fabricantes de alimentos  con aumentos cercanos al 40%.

Un escenario que le pone una presión al alza a la inflación del próximo mes y que explica las aceleraciones de las negociaciones de apuro en todos los niveles. Entre proveedores e industriales o entre funcionarios para relanzar el gabinete nacional.

Un gobernador, amargado por la situación económica que lo puede a llevar a perder las próximas elecciones en su territorio, sostuvo fuera de micrófono ante NA. “Los cambios de nombres en el gabinete de los que tanto se habla en estas horas son producto de una dinámica difícil de detener. Y, por ello son necesarias medidas urgentes. Sino, como decía mi abuelita, a muchos, Julio los va a preparar y Agosto se los va a llevar”.