Los ríos del nordeste argentino siguen registrando niveles muy bajos para la navegabilidad y un informe de la Entidad Binacional Yacyretá advierte que esta situación no mejorará en el corto plazo.

La situación genera enormes complicaciones al comercio internacional dado que los buques de carga tienen que reducir el peso transportado para poder avanzar sobre los canales, lo que genera mayores costos y pérdidas millonarias al país.

Un estudio de la Bola de Comercio de Rosario indica que la bajante histórica del río Paraná ya causó pérdidas al país por "más de 240 millones de dólares" en los primeros cuatro meses del año y advierte que la situación sigue empeorando por las demoras y varaduras de buques en la zona.

Según fuentes de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM), un buque carga habitualmente entre 50.000 y 55.000 toneladas de granos, pero actualmente están saliendo con entre 35.000 y 40.000 toneladas para poder navegar.

En medio de la mayor bajante del río Paraná en 50 años, se generó una nueva complicación en las últimas horas: se derrumbó una porción del veril (la pared del canal) cerca de Rosario, donde operan 32 puertos cerealeros.

El hecho, originado en causas naturales debido a la falta de presión de agua, se registró a la altura del kilómetro 390 en la zona de Arroyo Seco, al sur de Rosario; el desmoronamiento fue de 60 por 27 metros y restó 1,5 metros de profundidad para la navegabilidad.