Las escuelas católicas porteñas están muy complicadas para el pago de salarios
Son 7.000 docentes y auxiliares en 68 establecimientos del Arzobispado de Buenos Aires.
Las 68 escuelas dependientes del Arzobispado de Buenos Aires atraviesan "serias dificultades" para el pago de los salarios a sus 7.000 empleados, entre docentes y no docentes, debido a que desde mayo ninguna recibe fondos del programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y en abril sólo 3 establecimientos percibieron esos recursos.
La situación ha sido planteada al Ministerio de Educación por diferentes medios pero, a cuatro meses de iniciada la cuarentena y el cierre de las escuelas en la ciudad, aún no se cuenta con una respuesta.
"Nos dicen que esperemos, que ya lo van a resolver... Seguimos esperando, pero hasta el momento no se nos ha presentado una solución", manifestó a NA José Luis González, director Administrativo-Legal de la Vicaría Pastoral de Educación.
La espera de los colegios católicos porteños (son 250 en la ciudad, de los que 68 dependen del Arzobispado) se da en medio del agravamiento de la situación, cuya evidencia más contundente está en poder de la Jefatura de Gabinete de Ministros: las escuelas que califican para recibir la asistencia extraordinaria pasaron de 29 en mayo a 49 en junio.
Asimismo, la morosidad de las familias de los 42.000 alumnos de las 68 escuelas pasó del 35% en abril a cerca del 50% en junio, con una tasa incremental de cerca del 7% mensual, lo que hace prever un crecimiento para los meses venideros si no se modifica la situación actual.
Con una realidad heterogénea según el barrio y el poder adquisitivo de los padres de los alumnos, la situación de los colegios del Arzobispado porteño muestra estos ejes principales:
1.- Incremento de la morosidad y baja de matrícula, con tendencia creciente mes a mes.
2.- Sólo 3 escuelas recibieron el pago del ATP en abril. En mayo todas pasaron a "estado de análisis", salvo 5 a las que no se les autorizó la carga de datos en la AFIP. De estas últimas, dos están ubicadas en zonas vulnerables: la Parroquia Santa María Madre del Pueblo (Villa 1-11-14) y el Instituto Parroquial Virgen Inmaculada (Villa Soldati).
3.- Al estar "en análisis" para la AFIP no pueden acceder al beneficio de la prórroga para el diferimiento de las cargas patronales. Tampoco han obtenido respuesta para acceder a los créditos a tasa cero.
4.- En materia salarial, además de las dificultades para el pago de los haberes mensuales por la falta de pago de ATP y la morosidad en las cuotas, una gran proporción de las escuelas no pudo pagar aún el Sueldo Anual Complementario de junio.
5.- La situación de los 7.000 trabajadores, además de los retrasos en el pago de sueldos, dio lugar al inicio de trámites para la suspensión de personal.
El panorama es más acuciante en los establecimientos que atienden a familias de barrios vulnerables, como el caso del Instituto Nuestra Señora de Montserrat, en el que el padre Martín Panatti fue lacónico en su descripción: "no recibimos nada".
De los 461 alumnos del establecimiento quedaron 437, debido a la imposibilidad de muchas familias por seguir pagando cuotas que oscilan entre $1.980 y $2.750. "Con esas cuotas se mantiene toda la estructura escolar, con salarios, servicios y seguro. Tenemos problemas para el pago de los haberes de 13 empleados. Y 13 sueldos son 13 familias", advirtió.
Panatti admitió "no saber por dónde viene la cosa" respecto a la falta de pago de los ATP, aunque consideró que "a lo mejor no hay dinero, porque escucho a muchas otras personas que dicen que ellos tampoco recibieron nada".
"Quizás otros colegios puedan tener un poco más de espalda, pero nosotros vivimos al día", señaló, al tiempo que alertó por la situación de la parroquia emplazada en la avenida Belgrano al 1.100, creada en 1755 y que "a pesar de ser un monumento histórico, nunca recibió nada por serlo", con serios problemas para el pago de servicios de luz, gas y teléfono.
González añade a la lista de problemas la falta de bancarización en determinadas zonas vulnerables del distrito, así como los inconvenientes para impartir clase virtuales a familias que no disponen de computadora o de la conexión a Internet.
Además de los colegios porteños, la situación fue planteada ante las autoridades de Educación por el Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC) y la Junta Coordinadora de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la República Argentina (COORDIEP).
En un contexto tan desfavorable, González destacó tanto "la actitud de los docentes y la comunidad educativa en general" como "el esfuerzo que están haciendo los padres, que en muchos casos dejan de pagar. Y no porque quieran, no pueden", lamentó.