Las computadoras salvaron el año de los comercios porteños en medio de la pandemia
Por la difusión del trabajo remoto, se impulsaron las ventas de electrodomésticos en la Ciudad un 50,5 por ciento durante 2020.
El trabajo remoto y las clases virtuales se impusieron a lo largo de la cuarentena por la pandemia de coronavirus, con un impacto directo en la composición del comercio, al punto que en el último trimestre de 2020 las ventas de electrodomésticos y artículos para el hogar fueron el único rubro que mostró un crecimiento real de su facturación en la Ciudad de Buenos Aires.
Los números globales de todo 2020 dejaron una mejora en las ventas del sector del 50,5%, pero entre octubre y diciembre del año pasado, las empresas de electrodomésticos y artículos para el hogar del distrito porteño informaron una facturación total de $20.290 millones, equivalente a un incremento interanual del 158,7% a valores corrientes y del 56,1% en términos reales.
De esa forma, el rubro fue el único que registró una mejora interanual en el cuarto trimestre a valores constantes, si se tiene en cuenta que los supermercados tuvieron una baja del 2,1% en comparación con el mismo período de 2019, los autoservicios mayoristas mostraron la única caída del año (0,8%) y los centros de compras o shoppings, a pesar de tratarse de un período de reapertura evidenciaron un descenso del 52,7%.
En el caso de los establecimientos dedicados a la venta de electrodomésticos, el cuarto trimestre “presenta una situación extraordinaria para el sector, en gran parte debido al cambio de la modalidad de trabajo (teletrabajo)”, reconoció la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires.
“Se trataría, en parte, de un boom de ventas de equipamiento informático para el sostenimiento del trabajo desde el domicilio de buena parte de los asalariados de la Ciudad”, indicó al respecto.
La evolución de las ventas a lo largo del año pasado no puede analizarse sin tener en cuenta el impacto de la pandemia de coronavirus y las distintas etapas de las restricciones, primero con el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) y luego con las flexibilizaciones derivadas del distanciamiento (DISPO).
Esas variaciones quedan expuestas con el registro de cada trimestre, en el que, por ejemplo, puede comprobarse el efecto en el segundo período (el primero de aplicación plena del ASPO) con un crecimiento fuera de lo común en las ventas de supermercados, debido a la incertidumbre de la población ante la novedad de la pandemia, la necesidad de estoqueo de alimentos y productos de limpieza y la disparada en la compra de productos como alcohol en gel o lavandina.
Fue así que, luego de una caída del 4,1% en el cuarto trimestre de 2019, hubo una suba del 9,9% en el primero de 2020 y del 4,7% en el segundo.
Ya en la segunda mitad de 2020, las variaciones fueron negativas: 0,8% en el tercer trimestre y 2,1% en el cuarto.
En el caso de los autoservicios, además de los aspectos ya señalados, quedó en evidencia el traslado de los consumidores a las empresas del sector, debido a los mejores precios por compras mayoristas. Las subas interanuales fueron de 22,4% en el primer trimestre (en especial, concentradas en los últimos doce días de marzo), 8,8% en el segundo y 3,7% en el tercero, para caer 0,8% en el último período de la serie.
Los shoppings fueron los más castigados, debido al cierre total en el inicio del ASPO y la reapertura parcial una vez establecido en DISPO. De una caída del 11,7% en el primer trimestre, se pasó a un derrumbe del 97,8% en el segundo y del 94% en el tercero, para mostrar una leve desaceleración de la baja en el cuarto, con un descenso del 52,7%
Las ventas constantes registradas entre octubre y diciembre alcanzaron un incremento interanual del 56,1%.
El caso de los establecimientos dedicados a electrodomésticos y artículos del hogar fue especial, por el ya indicado impacto de las ventas de computadoras, principalmente las portátiles, a raíz de la proliferación de actividades en las que se impuso el trabajo a distancia.
Las diferencias por trimestre son notorias. En el primero, con una incidencia de la pandemia limitada a los últimos doce días de marzo, hubo una caída interanual del 4,8%. Entre abril y junio, con aplicación plena del ASPO, la suba fue del 78,3% en términos reales y del 194,8% a valores corrientes.
En el tercer trimestre, el alza interanual fue de 70,8% (193,9% a valores corrientes) y en el cuarto del 56,1% (158,7% sin deducir el impacto de la inflación).