El ex ministro de Hacienda Hernán Lacunza aseguró que para salir del cepo cambiario es necesario, primero, que el país "no gaste mas de lo que tiene" y rechazó que pueda dolarizarse la economía, por entender que eso sería "saltar a un precipicio".

Según el ex funcionario, "con este tipo de cambio, tenemos más demanda que oferta de divisas. Por eso, a pesar del cepo cada vez más riguroso, el Gobierno ha perdido más de US$40.000 millones en casi cuatro años".

Lacunza dijo que le gustaría levantar el cepo en un día, "porque es una anormalidad y no nos podemos acostumbrar a eso. Pero no se puede empezar por ahí: se debe dejar de gastar lo que no hay y, así, se va a poder levantar el cepo".

"Levantar el cepo en un día, o dolarizar, son atajos impracticables. Incluso, dolarizar es saltar a un precipicio, es peligroso", alertó el economista, al disertar en el Congreso Anual del IAEF.

Por otra parte, Lacunza consideró que la inflación podrá bajar "cuando el Tesoro deje de ser un demandante insaciable de pesos y dólares del Banco Central. Mientras eso no ocurra, todo lo que se quiera inventar no va a funcionar".

En ese sentido, sostuvo que el ancla fiscal "es el primer paso, es decir, dejar de gastar más de lo que se recauda" para que la inflación retroceda.

En cuanto a los subsidios, subrayó que "hay que enfrentarlos no solo como un problema de eficiencia, sino también como un problema de equidad. Ningún país funciona subsidiando a toda su población. Hay que ser conscientes de ello, porque se trata de un mal cultural que nos dejó 20 años de kirchnerismo".

En este marco, el ex ministro destacó que la Argentina "tiene un montón de oportunidades, por capacidad y por competitividad", y añadió que hay algunos sectores se destacan sobre otros, como energía, minería y agro.

También, estimó que quien asuma el 10 de diciembre próximo encontrará "un país cansado, estancado, con pérdida de PBI y de empleo, en una inflación en 150% largo y una pobreza en más de 40%. También con deterioros de muchas de las variables económicas y sociales".

A su criterio, "los 40 años de democracia, que nos devolvieron todas las libertades civiles que tanto valoramos, no fueron capaces de devolvernos el bienestar. La pobreza promedio de estas cuatro décadas es de 35% y la inflación (sacando la híper) es de 75%".

Por ese motivo, resaltó que los dirigentes, tanto del sector público como del privado, "tenemos que estar a la altura para cambiar el rumbo de estos 40 años".

"Tenemos que comprometernos a hacer lo posible, a decir la verdad, no a aplicar planes mágicos o ir a atajos, porque terminan mal", enfatizó.