La venta de ropa bajó 30% por la pandemia y en 2021 sólo recuperará la mitad de la caída
Fin del dólar barato y consumos postergados ayudarán a la mejora, sostienen cámaras empresarias
El consumo de indumentaria tuvo una caída de aproximadamente el 30% en lo que va de la pandemia, a raíz de la caída del poder adquisitivo, el aumento de la desocupación y la incertidumbre de la población, de acuerdo con la evaluación de empresarios del sector.
Los datos fueron presentados por la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria y Afines (FAIIA) y la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), que a su vez proyectaron para 2021 una mejora en las ventas del 10% al 15%.
En esa recuperación parcial -llegará a cubrir la mitad o la tercera parte de la caída en la pandemia- incidirán "factores como la anulación del turismo de compras, redefinición de las cadenas globales de valor, fin del dólar barato, sustitución de gastos y consumo postergado por aislamiento", indicaron.
De todos modos, también advirtieron que esos datos favorables deberán ser compensados con otros adversos, como la continuidad de la caída del poder de compra, el desempleo y la incertidumbre, así como la disminución de los actos y espectáculos masivos, que generalmente representan una demanda adicional de vestimentas.
En ese sentido, en la presentación de un informe de situación, FAIIA y CIAI formularon tres interrogantes macroeconómicos que no puede soslayarse a la hora de realizar proyecciones en la actividad, como qué puede pasar con el dólar, la inflación y la actividad.
Al respecto, y tomando como punto de comparación lo ocurrido en lo que va del siglo XXI, las entidades puntualizaron que "el dólar barato con ancla contra la inflación generó la suba de las importaciones", que crecieron de manera inversamente proporcional a la cotización de la moneda estadounidense.
Como ejemplo, señalaron que en 2003, cuando los efectos de la gran devaluación del año anterior se hacían palpables en la actividad económica, la importación de ropa fue de US$ 174 millones, creciendo en forma sostenida hasta 2013, cuando alcanzó los US$ 3.381 millones, para descender al año siguiente, precisamente en coincidencia con la devaluación del peso.
No obstante, las importaciones volvieron a aumentar en 2015 para llegar en 2017 al récord de US$ 4.354 millones.
La combinación de devaluación del peso y caída del poder adquisitivo se tradujo en una nueva caída en 2018 a US$ 3,471 millones y en 2019 a US$ 2.704 millones.
Pero los empresarios advirtieron que el freno a las importaciones vino con sus efectos no deseados, ya que "los saltos en la cotización del dólar impusieron un freno a la economía", que se reflejó en la caída del consumo y de la actividad, en tanto "la volatilidad macroeconómica afectó a la fabricación nacional de ropa".
En ese sentido, la producción local de indumentaria a valores constantes acumula ocho años de caída, con una pérdida del 12,7% en la segunda Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y del 37,2% en los cuatro años de gestión de Mauricio Macri.