La situación fiscal tuvo en febrero una mejora interanual, pero un deterioro en relación con enero
La mejora en los ingresos por retenciones fue uno de los factores determinantes, según la Universidad de Belgrano.
La situación fiscal tuvo en febrero una mejora del 6,2% respecto del mismo mes del año pasado pero un deterioro del 10,5% en relación con el resultado de enero, de acuerdo con el último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
En el segundo mes de 2021, el Índice de Equilibrio Fiscal (IEF) se ubicó en el 89,07%, con ingresos totales de $523.897 millones y gastos totales de $588.214 millones, con un resultado deficitario de $64.317 millones.
Tanto los ingresos como los gastos tuvieron una disminución en relación con los de enero, algo que ocurre generalmente por cuestiones estacionales (pagos de aguinaldo a jubilados y a empleados del sector público), pero en este año hubo otros factores que explican el resultado fiscal y su mejora en relación con el de doce meses atrás.
En primer lugar, la devaluación del peso y la mejora de los precios internacionales de las commodities (en particular la soja y el maíz) incidieron en una mejora de los ingresos por derechos de exportación. Esos ingresos en particular también registraron una mejora interanual significativa por la baja base de comparación que representaron los primeros meses de 2020, debido a que el sector agroexportador había adelantado la mayor parte de sus liquidaciones entre agosto y los primeros días de diciembre de 2019, ante la previsión de un aumento de las alícuotas de las retenciones luego del resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto de ese año.
Del lado del gasto, también la base de comparación fue baja, por un comportamiento habitual de todos los gobiernos en sus primeros días de gestión, destinados a la revisión de los contratos de obra pública de la administración anterior. Eso genera una baja en el gasto de capital que tiende a equilibrarse en los meses posteriores.
Esos factores fueron destacados en su análisis por el director del CENE, Víctor Beker, quien además agregó a la lista que “la desmejora registrada en febrero es atribuible a la desaparición del factor particular que motorizó el incremento de ingresos fiscales en enero, esto es la acumulación del pago de derechos de exportación, tras la caída registrada en diciembre pasado a raíz de las medidas de fuerza en zonas portuarias”.
“Si bien se vio acompañado por un descenso de los gastos fiscales, no compensó la disminución registrada en los ingresos”, completó. De cara a los próximos meses. Beker señaló que “tanto abril como mayo suelen mostrar un avance estacional en los ingresos fiscales”, teniendo en cuenta que es el período de liquidación de las exportaciones de soja.
Al respecto, acotó que “si ello redunda o no en un cierre de la brecha fiscal dependerá del comportamiento del gasto, en particular de si la segunda ola de la pandemia requiere o no arbitrar medidas de excepción como las implementadas en 2020”.
En ese sentido, otro de los puntos para tener en cuenta es el mal resultado fiscal de los primeros meses de la pandemia de coronavirus, en los que los ingresos se deterioraron por la caída de la actividad económica y el gasto aumentó por el pago de los programas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).
El resultado fue un deterioro del Índice de Equilibrio Fiscal en marzo de 2020 al 67,25%, que fue peor en abril y mayo, con niveles del 54,31% y del 51,54%, respectivamente. En un marco en el que no se registró superávit fiscal en los últimos diez años, enero de 2021 presentó uno de los mejores niveles, con un 99,50% que dejó al IEF casi en nivel de equilibrio. El IEF se calcula como el cociente entre los gastos y los ingresos totales. El valor 100 indica una situación equilibrada; por encima de dicho valor denota superávit, y por debajo, déficit.