Las nuevas modalidades de trabajo a distancia y la adopción de protocolos sanitarios que comenzaron con el coronavirus quedarán establecidos una vez superada la pandemia y obligan a tener una nueva mirada empresaria para la elección de sus oficinas y centros de logística, de menores dimensiones y más descentralizados.

“La cuarentena obligó a muchas empresas a cambiar su forma de trabajo, lo que representó una oportunidad para los centros logísticos”, indicó al respecto Eduardo Munitz, gerente comercial de Real Estate de Andreani Desarrollos Inmobiliarios.

Munitz fue uno de los expositores de un encuentro virtual organizado por la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), junto a Alejandro Badino, gerente general de Colliers International Argentina, y José Ignacio Viñas, director de Brokerage de Cushman & Wakefield.

Badino hizo foco en el aumento de la tasa de vacancia de los alquileres de centros logísticos, con una disponibilidad de superficie que en el primer semestre de 2020 fue un 47% mayor a la del mismo período del año anterior.

“Se percibe una continuidad del descenso generalizado de los precios, de un 9% con respecto al período anterior y del 13% interanual, evidenciando una baja de valores desde el 2018”, sostuvo” Badino, para quien “el resultado que nos muestra nuestro mercado tiene que ver más con la problemática argentina que con la pandemia en sí”.

En ese sentido, dijo que “es esperable un cambio de tendencia en el mercado, al menos en el comportamiento de los centros logísticos, una vez superada esta compleja etapa que golpeó fuertemente a todos los sectores”.

Badino subrayó que "muchas empresas que no tenían desarrollado el canal digital de venta entendieron que debían alinearse, y esto generó consultas por la oferta de nuestro centro logístico. Debimos ser flexibles y dinámicos, y lidiar con las realidades de cada provincia. Lo que termino sucediendo es que el volumen explotó”.

De acuerdo con su visión "la logística se convirtió en un proceso clave para la comercialización de productos. Se viene un nuevo modelo de almacén, ya que los grandes demandantes de muchos metros ya no se van a concentrar en un solo lugar”.

Por su oarte, Viñas destacó los nuevos paradigmas que la pandemia impuso no solo en la Argentina: “se puede ser productivo desde cualquier lugar; se impone la flexibilidad laboral y las oficinas serán parte del nuevo ecosistema”, con un lugar de trabajo que “incluirá varias ubicaciones y experiencias que fomentarán la cultura, la productividad y el bienestar”.

Otros puntos que mencionó son la adaptabilidad de los edificios y la tecnología para que quienes no están en la oficina se enteren de lo que ocurre dentro de ella, ya que “no solo se necesita un espacio para trabajar sino también contar con un auditorio, comedor, programas de bienestar y una infraestructura segura de cara a la pandemia”.

“Ahora se trata de reducir al máximo el transporte público, así que se deben requerir espacios para guardar vehículos privados, bicicletas y motos, además de ofrecer servicios de chárter para los empleados”, añadió.

Sobre el particular, Munitz remarcó la importancia de la capacidad de adaptación de las empresas a la hora de elegir los establecimientos: “nos estamos vinculando con concentradores de tierras, red de parques” para que “todos tengamos una posibilidad cierta de seguir sosteniendo el negocio con menores costos”, concluyó.