por Marcelo Bátiz

La mitad de los países de América del Sur cerró junio con deflación, en tanto Bolivia, Brasil y Uruguay tuvieron marcas mínimas entre 0,36% y 0,02% respecto de los niveles de mayo, en un contexto regional en el que Venezuela volvió a ser el caso excepcional con un 19,5% según los datos extraoficiales de la Asamblea Nacional.

Los datos se dieron a conocer en forma previa a la difusión de la inflación argentina que este miércoles realizará el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), habitualmente el último del subcontinente en hacer público el Índice de Precios al Consumidor.

De acuerdo con las proyecciones de diferentes consultoras, la inflación de junio se ubicará por debajo del 2%, con lo que el país completará tres meses consecutivos con un IPC inferior a ese tope y en consecuencia una inflación trimestral de no más del 5%.

Al respecto, el promedio de los consultados por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) fue de 1,9%, en tanto Orlando Ferreres y Asociados previó 1,6% para el mes pasado.

Ese desempeño representa una mejora en comparación con la inflación argentina de la última década, pero aún se mantiene en niveles elevados en comparación con el resto de los países de América del Sur y el mundo en general, en los que las naciones con alta inflación son una ínfima minoría.

Más allá de la tendencia de los últimos años, la evolución de los precios en el segundo trimestre no puede analizarse sin tener en cuenta la incidencia universal de la pandemia de coronavirus y las restricciones a la actividad económica que se hayan aplicado en cada país.

En ese sentido, tanto en la Argentina como en el resto de la región la baja de la inflación -o la deflación en la mitad de los casos- no estuvo exenta de la significativa caída del consumo y la producción, así como la reducción de algunas tarifas de servicios públicos y privados que no están operativos y recurren a esa vía para conservar la mayor parte de su clientela.

Pero hubo un aspecto que marcó una diferencia crucial en la evolución de los precios: a diferencia de lo que ocurrió en la Argentina, la baja de la cotización del petróleo se tradujo en la mayoría de los países en una reducción en los precios del combustible, un componente esencial en la estructura de los índices de precios en todo el mundo.

A grandes rasgos, la evolución de los precios minoristas en Sudamérica en los últimos años muestra cuatro realidades diferentes:

. Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú con tasas anuales inferiores al 3%.

. Uruguay, entre el 8 y el 11%.

. Argentina con más del 40%.

. Venezuela, que según los datos extraoficiales de la Asamblea Nacional se encuentra en la actualidad en los cuatro dígitos anuales y llegó a tener seis dígitos de inflación interanual.

A la espera de los números oficiales de la Argentina, los datos de junio indican que Venezuela volvió a ser el país con mayor inflación, con el 19,5%, seguido por Bolivia con el 0,36%, Brasil con el 0,32% y Uruguay con el 0,02%.

Los otros cinco países sudamericanos tuvieron deflación en junio: Chile -0,1%, Perú -0,27%, Colombia -0,38%, Paraguay -0,4% y Paraguay -0,62%.

Las marcas interanuales también son lideradas por Venezuela, en este caso con el 3.524%.

Uruguay se ubica en el segundo puesto con el 10,36%, en tanto el resto se mantiene en niveles inferiores al 3% en doce meses.

En orden decreciente, esos países son Chile (2,6%), Brasil (2,35%), Colombia (2,19%), Perú (1,60%), Bolivia (1,44%), Paraguay (0,5%) y Ecuador (0,17%).