El conflicto actual entre Rusia y Ucrania ha asestado un duro golpe a la economía mundial y ha reducido las previsiones de crecimiento del comercio mundial para 2022 del 4,7% pronosticado en octubre pasado a entre el 2,4 y el 3%.

El pronóstico, basado en un modelo de simulación económica global, fue realizado por la Secretaría de la Organización Mundial del Comercio (OMC). De acuerdo con el mismo modelo, la crisis podría reducir el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial en entre 0,7 y 1,3 puntos porcentuales para ubicarlo en entre el 3,1 y el 3,7% en 2022.

El conflicto ha elevado los precios de los alimentos y de la energía y ha reducido la disponibilidad de los bienes exportados por Rusia y Ucrania. Ambas naciones son importantes proveedores de productos esenciales, principalmente alimentos y energéticos.

Los dos países suministraron alrededor del 25% del trigo, el 15% de la cebada y el 45% de las exportaciones de productos de girasol a nivel mundial en 2019. Solo Rusia representó el 9,4% del comercio mundial en combustibles, incluida una cuota del 20% en exportaciones de gas natural.

Rusia es también uno de los principales proveedores mundiales de paladio y rodio, ambos elementos cruciales en la producción de convertidores catalíticos para automóviles. Por otra parte, la producción de semiconductores depende en gran medida del neón suministrado por Ucrania.

La interrupción en el suministro de estos materiales podría golpear a los fabricantes de automóviles en un momento en que la industria apenas se está recuperando de la escasez de semiconductores, destacó la OMC. Europa, el principal destino de las exportaciones rusas y ucranianas, podría sufrir el mayor impacto económico. Los envíos reducidos de granos y otros productos alimenticios también inflarán los precios de los bienes agrícolas.

África y Medio Oriente son las regiones más vulnerables debido a que importan más del 50% del cereal que necesitan de Ucrania y Rusia. En total, 35 países de África importan alimentos y 22 importan fertilizantes procedentes de Ucrania, de Rusia o de ambos.

Algunos países de África subsahariana enfrentarán potenciales alzas de entre el 50 y el 85% en el precio del trigo como consecuencia del efecto de la crisis en los envíos de grano.

"Es probable que la crisis actual agrave la inseguridad alimentaria internacional en un momento en que los precios de los alimentos ya se encuentran en máximos históricos debido a la pandemia de Covid-19 y a otros factores", reza el texto.