El Banco Central continúa con los giros al Tesoro para hacer frente al aumento del gasto y en la primera semana de septiembre ya transfirió unos $60.000 millones.

A lo largo del año ya envió un total de $770.000 millones, aunque el mayor ritmo de giros se dio a partir de la segunda mitad del 2021.

Particularmente en julio se comenzó a consolidar una aceleración en términos de las necesidades de pesos cubiertas por la autoridad monetaria.

A su vez, se deben tener en cuenta las dificultades por parte del Tesoro en las últimas colocaciones de deuda, un hecho que algunos economistas ya habían señalado como clave, dado que luego se iba a recurrir a la emisión tanto para cubrir el déficit como los montos que no se puedan refinanciar.

El último envío de dinero fue concretado el viernes 3 de septiembre en concepto de "Transferencia de utilidades".

El ministro de Economía, Martín Guzmán, remarcó que su intención es no depender de la emisión para obtener financiamiento de eventuales déficits, pero aclaró: "Una cosa es reducir el déficit fiscal y otra cosa es hacer un ajuste del gasto público".

"Hasta fin de año tendremos $1 billón más de emisión fiscal y más de medio billón por el cuasifiscal", calculó GRA Consultora.

El director de esa entidad, Gabriel Rubinstein, consideró que "si hay un dominio completo de la situación fiscal, no hay que emitir ni un solo peso mas y se puede encontrar una vía de baja de la inflación en poco tiempo".

"En el caso de la Argentina es muy importante tener equilibrio fiscal para bajar la inflación. Es un requisito", evaluó y analizó: "Va a haber que comprometerse con un sendero de ajuste fiscal aunque sea más gradual o menos gradual", insistió el economista en declaraciones radiales.

Los analistas insisten en que durante la primera mitad del año se dieron factores estacionales que se reflejaron en menores necesidades fiscales, pero aclaran que ello se modificó, por lo que es esperable más presión durante el segundo semestre.

Para el Gobierno, será clave enfrentar la aceleración de la expansión monetaria.

De ese modo, tras las elecciones, será necesario acelerar las negociaciones con con el Fondo Monetario Internacional, que permita evitar un salto del dólar, con el consiguiente impacto en la inflación y en la pobreza.

Para lograr un entendimiento con el Fondo Monetario, la Casa Rosada tendrá que garantizar una reducción del déficit, además de acelerar la devaluación, que actualmente se encuentra muy por debajo de la inflación.