A pesar de que el presidente Alberto Fernández prometió durante la campaña erradicarlas, las letras Leliq del Banco Central se multiplicaron por ocho durante su gestión y ya superan los 9 billones de pesos.

Esos instrumentos van camino de obligar a pagar casi medio billón de pesos mensuales en intereses, lo que las convierte en una "bomba de tiempo", según especialistas.

En su campaña contra Mauricio Macri en 2019, Fernández lo atacó por tener un alto volumen de Leliqs. "Prefiero aumentarle a los jubilados y no pagarle a los usureros", había prometido.

"Cuando me preguntan de dónde vas a sacar la plata para hacer todo lo que digo. La plata la voy a sacar de la usura que se llevan los bancos con las Leliqs", señaló durante la campaña.

Pero el volumen de deuda en Leliqs se multiplicó por ocho veces durante el gobierno actual. El pasivo del Banco Central superó los $9 billones.

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Solo el martes, el BCRA colocó entre los bancos nuevas letras de liquidez (Leliq) a 28 días por $758.965 millones.

Un año atrás, las Leliqs sumaban $4,4 billones, por lo que se duplicaron desde noviembre de 2021.

En la actualidad, ya se pagan intereses por $438.900 millones mensuales, rumbo al medio billón de pesos para cuando arranque el 2023, año electoral.

Para especialistas en finanzas, la utilidad de los instrumentos de absorción está agotada.

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El volumen representa entre 9,4 y 10,2 puntos con relación al tamaño de la economía, según la cifra de PBI que se utilice.

El principal motor de las Leliqs es la emisión para pagar los intereses de pases pasivos y las propias Letras, que alcanzaron ya los $2,3 billones en lo que va del año.