El peso argentino ganó terreno en materia de competitividad cambiaria frente al real brasileño y la depreciación del dólar representó un aporte de importancia, al influir en el aumento de los precios internacionales de los granos.

Así lo sostuvo la consultora Quantum, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, en un análisis en el que consideró que el deterioro de la balanza comercial de los últimos meses tiene serias chances de revertirse, tanto por la suba en el precio de las commodities como por las nuevas restricciones a las importaciones.

En su informe, Quantum precisó que entre noviembre de 2020 y el 25 de enero de este año el tipo de cambio oficial medido en dólares “se depreció 11% en términos nominales y se apreció 1% en términos reales, en contraste con lo sucedido con otras monedas de la región”.

Al respecto, señaló el “caso notable” del real brasileño, “que se apreció tanto en términos nominales (4%) como reales (6,3%) en el mismo período, en parte explicado por la reversión de la importante depreciación previa durante 2020”.

La consultora repasó lo ocurrido en ese aspecto durante el año pasado, cuando en abril “el tipo de cambio multilateral de Estados Unidos comenzó a depreciarse, tendencia que se aceleró a principios de noviembre de 2020”.

La Argentina gana competitividad cambiaria por la depreciación del dólar

“Entre abril y diciembre del año pasado su depreciación real acumulada fue 9,8%, mientras que el de Argentina –según el tipo de cambio oficial- también se depreció, inclusive algo más, 11,2%”, que con algunos ajustes podría reducirse al 9,2%.

Pero Quantum destacó que “aún con este ajuste se registra una ganancia en competitividad cambiaria importante”, en especial “respecto de Brasil, cuyo tipo de cambio real multilateral no tuvo variaciones (0,2%)”.

“De hecho, el tipo de cambio real bilateral Argentina-Brasil lo confirma, con una depreciación real del peso (oficial) de 9,4% en el mismo período”, añadió.

Quantum sostuvo que “la depreciación del dólar en el mundo agrega una dimensión adicional de competitividad –en este caso cambiaria- a la economía argentina, efecto que se suma a otras circunstancias”, como el aumento de precios de commoditties.

No obstante, esa mejora en la competitividad cambiaria no se reflejó en el intercambio comercial: “en el corto plazo, el comercio exterior argentino estuvo afectado por otras situaciones, incluyendo expectativas de realineamiento cambiario”, admitió Quantum, que recordó además que “en noviembre y diciembre el superávit comercial acumulado fue nulo, aunque en diciembre se registró un déficit de US$ 364 millones”, por la caída interanual del 34% en las exportaciones y el aumento del 24% en las importaciones.

“No descartamos que estos registros se reviertan en los próximos meses si tenemos en cuenta las mayores restricciones a las importaciones y el aumento de precios de los granos”, acotó la consultora, que reconoció que “las interpretaciones de rumbos y manejo en materia política y economía, reflejadas, entre otros, en la brecha cambiaria, limitan el aprovechamiento de la mayor competitividad en la materia descripta”.