Por Lucio Di Matteo

El avance de la Aduana con los "valores referenciales de exportación", un precio mínimo que busca evitar la subfacturación (y la consecuenta evasión impositiva de retenciones), tendrá esta semana su segundo capítulo, según averiguó NA en exclusiva. El primero fue el lunes, fijando un valor de 19 centavos de dólar por kilo de cebolla. Ahora será el turno de la leche en polvo, con cinco posiciones arancelarias que irán desde los 2.062 hasta los 2.910 dólares. La diferencia reside principalmente en la calidad del envase, pero ello marca también diferencias de precio.

Esta medida se enmarca en una resolución general, la 4710, que estableció los precios de referencia como política general. La misma no se aplica para exportaciones de gran volumen, donde los precios internacionales generalmente son conocidos, como trigo, soja y carne. Pero en el organismo tienen detectado, desde hace muchos años, que en otros productos se declara muy por debajo del valor real, pagando así menos del impuesto correspondiente por las llamadas retenciones, y en algunos casos también por ganancias.

La resolución relativa a la leche en polvo será publicada en el Boletín Oficial durante lo que resta de la semana. Fue trabajada en conjunto entra la Aduana, el Centro de la Industria Lechera (CIL) y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA). El proceso para llegar a los valores de referencia comenzó a mediados de mayo.

Empresas lácteas prósperas, dueños evasores

La política de valores de referencia se reactivó por esa época, cuando una serie de investigaciones periodísticas demostró que muchos dueños de lácteas medianas participaron del blanqueo de capitales llevado adelante entre fines del 2016 y comienzos del 2017. Por ejemplo, de Sucesores de Alfredo Williner S.A., conocida por su marca Ilolay, blanquearon capitales el presidente, Alfredo Armando Williner, como también el director Horacio Armando Curiotti.

Según diversas fuentes, gran parte de la fuga de capitales se originó declarando los valores de leche en polvo exportada por debajo de lo que realmente se pagaba. Ello ocurrió principalmente en la época dorada de la exportación de leche en polvo (2010 a 2012 principalmente), cuando la tonelada de leche en polvo se vendía a alrededor de 5.400 dólares y se declaraba a 2.200, con el consecuente perjuicio para el Fisco.

Un caso similar al de Williner es el de la láctea Verónica, cuyos presidente no sólo blanqueó capitales sino que entre los mismos hay cuentas bancarias en Suiza. Francisco Gonzalo Espiñeira, español de 82 años, entró en octubre del 2016 al blanqueo de capitales, pagando la penalidad correspondiente en el Banco Nación.

Luego de las revelaciones sobre Ilolay y Verónica, la Aduana puso en marcha una investigación sobre los valores declarados de exportación. Sin aplicar un criterio retroactivo, y considerando que difícilmente pueda aplicarse doble imposición sobre los bienes que ya entraron al blanqueo de capitales. Con la mirada puesta hacia adelante, la Aduana busca recuperar algo de recaudación, que este año viene en retroceso permanente.