El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, reclamó este miércoles "garantizar energía a valores razonables en los hogares y la industria", y defendió la decisión "valiente" de la vicepresidenta Cristina Kirchner de expropiar YPF en 2012.

"Es importantísimo comprender que la riqueza que está en el subsuelo argentino tiene un único dueño, que es el pueblo argentino", sostuvo Kicillof.

Por eso, dijo que "lo primero que hay que hacer es garantizar energía a valores razonables en los hogares y en la industria argentina. Después sí, con los excedentes, hay que buscar mercados y exportarlos".

Consideró que "no tiene sentido que siendo productores de hidrocarburos tengamos que consumir nuestros hidrocarburos y pagarlos al precio internacional todo el tiempo, nos haría indiferente producir y tener esa riqueza que traerla de afuera".

Kicillof destacó la necesidad de tener "soberanía energética" y ponderó la "decisión valiente" de la vicepresidenta Cristina Kirchner de expropiar YPF en 2012, lo que -según señaló- le permitió al país "aumentar las reservas de gas y petróleo".

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El exministro de Economía evitó hablar sobre el juicio en contra que tiene la Argentina en los tribunales de Nueva York por la estatización del 51% de las acciones de la petrolera, o de la pérdida de valor que tuvieron las acciones de la compañía desde entonces.

Kicillof habló en el acto por la firma de contratos para construir el gasoducto Néstor Kirchner fraccionado en cinco tramos.

El primero, segundo y cuarto tramo quedaron en manos de la unión transitoria de empresas (UTE) compuesta por el Grupo Techint y Sacde, de Marcelo Mindlin.

En el tercer tramo de la obra, en tanto, resultó ganadora la empresa BTU, mientras que la planta compresora Mars 100, en la cabecera del gasoducto Mercedes-Cardales, será construida por Esuco, del empresario Carlos Wagner.

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En tanto, Mindlin dijo que la construcción de este gasoducto es una "decisión histórica que cambia la Argentina, ya que le permite transitar el camino a la autosuficiencia energética".

"En los últimos 12 años, la Argentina importó gas y otros combustibles por US$ 74.000 millones. Estamos convencidos de que se debe incentivar la producción local que cobra en pesos, no demanda divisas y aparte genera actividad económica y más empleo en el país", señaló.

Advirtió que "con el potencial que tiene Vaca Muerta, importar energía es como estar importando carne y cereales".

"Mientras que a los productores del exterior se les pagó un promedio de US$ 12 por millón de BTU, a los productores locales se les pagó tan solo un promedio de US$ 2,7", dijo Mindlin, presidente de Pampa Energía.

Gustavo Gallino, director general del área Sur de Techint Ingeniería y Construcción, por su parte, indicó: "Este gasoducto permitirá a la Argentina sustituir importaciones y aumentar la producción de gas, como combustible protagonista de la transición energética, con el consecuente impacto positivo en la balanza comercial, la actividad y el empleo".

Y agregó que "desde Techint Ingeniería y Construcción, junto con Sacde, pondremos toda nuestra experiencia en grandes obras de infraestructura en general y en el tendido de ductos en particular, además de nuestra tecnología de avanzada, y nuestros equipos de trabajo para alcanzar rápidamente el pico de construcción y llegar al objetivo del invierno del 2023".

Consideró que el gasoducto "debe ser un proyecto país, tras el cual estemos todos encolumnados, trabajando en conjunto para la concreción de esta obra en tiempo y forma, que traerá muchos beneficios para la economía en su conjunto y para todos los argentinos".

El objetivo de la estatal Enarsa es que el gasoducto esté apto para funcionar el 20 de junio de 2023, para de esta forma comenzar el próximo invierno a sustituir parte de las importaciones de gas.

Con la obra terminada, se espera que el gasoducto genere un ahorro de entre US$ 1.300 millones y US$ 1.500 millones por la sustitución de importaciones, aunque dependerá de los valores de gas natural licuado (GNL) del año próximo.

Según las proyecciones de la Secretaría de Energía, la construcción del gasoducto Néstor Kirchner cuesta US$ 1.491 millones, ya que incluye también la ampliación de otros gasoductos menores, que ayudarían a ampliar el transporte.

La totalidad de la obra se financiará con parte de los fondos públicos, que saldrán del 25% de lo recaudado por el impuesto a las grandes fortunas, y el resto son partidas presupuestarias de la Secretaría de Energía, que fueron dirigidas a Enarsa.

Semanas atrás, Enarsa había firmado con SIAT Tenaris, la subsidiaria del Grupo Techint, el contrato para la compra de 582 kilómetros de cañerías de 36 pulgadas de diámetro, y de 74 km de cañerías de 30 pulgadas, que serán utilizadas para la primera etapa del gasoducto entre Tratayén (Neuquén) y Salliqueló, y para sus obras complementarias.

El gasoducto permitirá ampliar un 25% la capacidad del sistema de transporte de gas natural argentino.

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