Juan Carlos López Mena, dueño de Buquebus, sinónimo del capitalismo de amigos, no se jubila e intentará concretar millonarios proyectos
Con 81 años de edad, ninguno de sus hijos y, potenciales herederos, parecen estar a la altura y capacidad del lobby desplegado por este porteño que hizo negocios con todos los políticos de Uruguay y unos cuantos de la Argentina.
Uno de sus biógrafos más crítico, título un trabajo editorial suyo como “Juan Carlos López Mena, de guante blanco”.
El escritor y periodista Raúl Vallarino no dejo de repasar casi ninguno de los hitos empresariales de un hombre que, a punto de cumplir 82 años, continúa “rosqueando” con dirigentes políticos uruguayos y argentinos para asegurar un tráfico casi monopólico en su actividad de ferry que une a las dos grandes ciudades a orillas del Río de la Plata.
Porteño de ley, López Mena suele escuchar tango a toda hora y sintoniza la FM la 2x4 para no olvidar que salió del barrio de Villa del Parque con el oficio de camisero y un montón de sueños de prosperidad que apalancó en la insaciable vocación recaudatoria de muchos políticos que habitan en Buenos Aires y Montevideo.
Porque, no es casualidad que en su trayectoria de empresario, no haya podido salir de su pago chico, el ámbito rioplatense y, cada vez que intentó jugar en ligas mayores, en mercados como el de los Estados Unidos o Nueva Zelanda, fracasara rotundamente.
Por ejemplo, en 1997, en Key West, Florida, López Mena negoció una terminal portuaria que contó con el ok del alcalde Jimmy Weekley pero que no superó la aprobación parlamentaria .
Acaso porque en esas sociedades existen otros emprendedores que también compiten o porque no se tocan las puertas adecuadas para obtener los permisos necesarios para operar, los resultados fueron negativos, al revés de lo que sucedió en Uruguay y en Argentina donde logró que presidentes como Julio María Sanguinetti, le impusieran como socios a Washington Cataldi y a Yamandú Flangini, el primero fue diputado y el segundo director de recursos acuáticos del primer gobierno de Sanguinetti, en la sociedad Los Cipreses, que inauguró los cruces fluviales de Buenos Aires a Colonia o de Néstor Kirchner que en el año 2006 le firmó la renovación del uso de la Dársena Norte del Puerto de Buenos Aires.
Sin embargo, los reveses que pudo haber acumulado en mercados menos regulados y donde el capitalismo de amigos o clientelista, una definición anglosajona que describe a una economía capitalista en lo formal pero en la que el éxito en los negocios depende de una estrecha relación entre los empresarios y los funcionarios gubernamentales, es más disimulado fue compensado con creces en los países rioplatenses donde se convirtió en el principal lobbysta de su creación a la que considera como un hijo más: Buquebus.
A punto de cumplir 82 años continúa siendo la cara visible en las complicadas negociaciones que está llevando adelante a pesar que cuatro de sus diez hijos lo acompañan en sus arriesgadas jugadas. Las voces de sus hijas Ana Paula, experta en finanzas, Marina, en ventas, y de sus hijos Luciano y Juan Manuel que trabajan en dos compañías del holding que están relacionados con la actividad del seguro y de la producción pecuaria, se oyen muy poco y en el sector naviero como en los despachos oficiales saben que, aún hoy, hay que hablar con Juan Carlos para cerrar un acuerdo.
“Algunas veces negocia Daniel Ramírez por el grupo que comanda Ferrylíneas Argentinas”, asegura un asesor de vías navegables en Buenos Aires pero López Mena tiene muchos frentes abiertos e imagina un futuro donde Buquebus volverá a ostentar la concesión en el puerto de Montevideo que le fue revocada en 2014.
Para ello, está dispuesto a realizar una inversión millonaria en dólares en lo inmediato del orden de los 35 millones a cambio de una concesión portuaria por los próximos 50 años que busca obtener de parte del presidente Luis Lacalle Pou. La obra contempla una terminal nueva con tres puentes superpuestos para pasajeros y automóviles.
En Argentina, los vientos a favor han cambiado para López Mena y en las últimas semanas ha comenzado a “navegar de bolina”, en náutica es la acción de pilotar a vela contra la dirección del viento en el menor ángulo posible, porque se encuentra enfrentado a las autoridades aduaneras que resolvieron la “interdicción” del buque Eladia Isabel por hallarse en pésimo estado para navegar y con los técnicos de la AFIP, organismo de recaudación, que han ido en reclamo a la Justicia por dinero girado a Los Cipreses durante la pandemia y que habría sido mal utilizado. lo que llevó a Buquebus a sufrir una inhibición por una cifra cercana a los 400 mil dólares.
Con desafíos abiertos a los dos lados de la orilla del Río de la Plata, muchos ex presidentes uruguayos comenzaron a prestar más atención a un personaje cuya ambición es tan grande como el río “color de león”.
Para el ex presidente uruguayo “Pepe” Mujica, López Mena tiene una diplomacia con todos los gobiernos, sería bueno que aparecieran otros empresarios de su rubro, pero no aparecen”, afirmó al diario El Observador.
En esa publicación, Víctor Rossi, ex ministro de transporte de la administración del Frente Amplio, afirmó que “el único que sacó una resolución de una concesión que le compite directamente a su compañía fui yo. Desde entonces, Colonia Express está funcionando y no hubo ningún desastre”.
A pesar de habilitar una competencia más modesta en los ferries que cruzan el Río de la Plata, Rossi fue cuestionado por la oposición por prorrogar, en 2005, y por una década, la concesión a Buquebus en el puerto de Montevideo.
Mujica, dirigente del mismo partido que Rossi, el Frente Amplio, canceló esa concesión, seguramente, como efecto del intento de López Mena de adquirir aviones de Pluna rematados.
El periodista Raúl Vallarino en su libro “…López Mena de guante blanco” de editorial Fin de Siglo, investigó los procesos judiciales promovidos por el empresario que terminaron en fracaso y con duros cuestionamientos de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia uruguaya.
Allí se traza una radiografía de las facilidades crediticias otorgadas por el banco estatal uruguayo, Banco de la República, para que López Mena se hiciera cargo del millonario aval de Cosmo, una empresa española en la que operaba el “caballero de la derecha”, el argentino y supuesto testaferro de López Mena, Hernán Calvo, para quedarse con las aeronaves de Pluna a precio de remate.
El argentino Hernán Calvo o Antonio Sánchez, se presenta de las dos maneras o Hernán Antonio Calvo Sánchez (su verdadero y completo nombre). "El hombre de la derecha", llamado así por el rematador que intentaba vender los aviones de la aerolínea uruguaya Pluna, y que supuestamente competía con Buquebús, cuando, en realidad, había sido empleado de esa empresa en el año 2009.
Los mails analizados en la Justicia comprobarían en 2012 la maniobra de López Mena, a través de Calvo para quedarse con los aviones.
El aval irregular otorgado por el Banco República a la compañía española terminaría costando el cargo a su presidente Fernando Calloia y al ministro de Economía de “Pepe” Mujica, Fernando Lorenzo, procesados sin prisión en 2014 por abuso de funciones. La Fiscalía nunca indagó en la maniobra de la empresa, incluso cuando un funcionario del BROU relató que fue López Mena, presente en el banco aquel día, fue quién indicó qué poner en el aval.
Desde luego, que ese parece ser el capítulo empresarial que más enardece a Juan Carlos López Mena cuando se le mencionan estos hechos que rozaron su figura.
Sin embargo, estos contratiempos pasados y actuales, no detienen su ambición de dominio del Río de la Plata y su compañía contará en breve con un nuevo buque de propulsión ecológica valuado en 140 millones de dólares que será botado en Tasmania.
Además, planea ampliar la Dársena Norte en Buenos Aires en el barrio de Puerto Madero por 50 millones de dólares al tiempo que aguarda por la inminente decisión de Luis Lacalle Pou, urgido por llegar al verano e inaugurar una obra en el puerto de Montevideo que permitirá, evitar accidentes entre los turistas y residentes que tocan tierra y se encuentran con una gran cantidad de camiones que transportan containers.
Juan Carlos López Mena, el self made man, hecho a sí mismo, y con la ayuda de muchos funcionarios políticos, continúa generando atención mientras analiza su sucesión al frente de Buquebus.