El Gobierno debe dejar de lado transitoriamente la moderación fiscal de los últimos meses y, por el contrario, tiene que encarar una política que apunte a mejorar la distribución del ingreso a los sectores vulnerables, sostuvieron sectores vinculados a la heterodoxia económica.

“Entendemos que hay margen para una política fiscal más expansiva, con el eje en fortalecer las capacidades productivas de los sectores postergados y resolviendo las demandas sociales urgentes, generando la infraestructura social para la recuperación económica”, indicó al respecto el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).

La entidad dirigida por Andrés Asiaín evaluó, a la luz de los resultados del primer cuatrimestre, que hubo un sobrecumplimiento de las metas fiscales fijadas en el Presupuesto, que dejaría un margen para una mayor relajación para un año marcado por las elecciones de medio término.

Al respecto, precisó que el Presupuesto estimaba para 2021 “un déficit primario de $1,7 billones”, equivalente al 4,5% del Producto Bruto Interno, pero “con los incrementos de precios que hemos visto recientemente” ese mismo porcentaje del PBI puede terminar “resultando en un monto más cercano a los $2 billones”.

CESO continuó su análisis destacando que en el primer cuatrimestre el déficit primario fue equivalente al 0,2% del total previsto para todo el año, en tanto el financiero llegó al 0,6% del PBI.

Es decir que “transcurrido un 25% del año, sólo se concretó un 4,7% del déficit primario y un 10,7% del déficit financiero previsto” para todo 2021, aunque por el efecto de la inflación podría concluirse que “el sobrecumplimiento es todavía mayor”.

De cara al reclamo de un abandono parcial de la prudencia fiscal de los primeros meses, la entidad sostuvo que “el margen es holgado” para llevar a cabo ese viraje, “más aún considerando las mejoras por el lado de la recaudación que todavía no se reflejaron en los resultados fiscales”.

“Al compararlo con los años anteriores se ve que a esta altura del año, los números del déficit en relación al PBI son mejores que los de 2016, 2017 y 2018”, añadió.

CESO reconoció que “el superávit fiscal puede no ser de derecha, pero la población ya ha resignado por demás”, con “salarios públicos muy por detrás del sector privado, recursos destinados a intereses de deuda y postergación de las demandas sociales”.

“En este contexto, garantizar el equilibrio fiscal equilibrio fiscal que pide el establishment financiero no se va a traducir en un mayor margen de maniobra, y tampoco va a resolver la inercia inflacionaria”, aseguró, al tiempo que estimó que “simplemente va a debilitar la reactivación económica, junto al apoyo social y político del oficialismo”.