Inquietante encuesta: los trabajadores perciben que la pospandemia les moverá el piso laboral
Los despidos y los recortes salariales por el Covid-19 en el último año les hicieron disminuir la confianza en el trabajo de 87% en 2020 a un 79% en 2021, e igual sucedió en Brasil y Chile, según un estudio privado.
Bajas perspectivas para aumentos de sueldo y la percepción de poca flexibilidad por parte de empleadores durante la pandemia, son algunos de los factores revelados que provocaron la crisis de confianza en el trabajo, según un estudio del ADP Research Institute.
De este modo, solo el 39% de los argentinos confía en un trabajo similar o mejor al actual para los próximos cinco años.
Si es por rubros, el optimismo para el futuro es mayor entre los trabajadores de las telecomunicaciones: alcanza un 90%, frente al 87% de los de la construcción, el 81% de los del transporte y el 79% de los del sector de bienes raíces.
La disminución del porcentaje de positivismo en torno de la seguridad laboral en los años venideros hizo llegar la confianza a un 78% en el caso de los argentinos, mientras que la misma percepción en Chile, llegó a un 81%. Esta caída de la confianza se atribuye en gran medida, al nivel de despidos en el último año.
En general, la “confianza” ha venido disminuyendo durante estos últimos 18 meses de pandemia, aunque los trabajadores que se encuentran con contrato laboral tienden a ser más optimistas que aquellos que no están en esta situación.
Aun así, el porcentaje de argentinos que prefieren trabajos con contrato cayó del 20% al 19% entre 2020 y 2021.
El pesimismo, en todo caso, estaría abonado por los datos que aporta el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDESA), con el Ministerio de Trabajo como fuente, para el período 2004 –2012, considerado de alto crecimiento del empleo:
- Entre las grandes empresas cada año en promedio se desvinculó al 10% del plantel.
- Entre las empresas medianas la tasa de desvinculación fue de 15% anual.
- Entre las microempresas la tasa de desvinculación fue de 29% anual.
Es decir que, mientras que en las grandes empresas se desprenden de 1 trabajador de cada 10, en las microempresas se desvinculan 3 de cada 10, sin que signifique que todas respondan a despidos, sino que en muchos casos se trata de renuncias voluntarias.
La estimación es que aproximadamente entre el 20% y 30% hayan sido despidos directos.
La imprecisión estadística es porque no hay datos públicos que midan el fenómeno de la rotación laboral por actividad.
Resulta intuitivamente obvio, de acuerdo con IDESA, que en el sector de la construcción la rotación laboral es superior a la que prevalece en la industria manufacturera o en el sector financiero, como ejemplos.
La sensación de inestabilidad laboral que registra el estudio de ADP Research Institute responde a que siguió habiendo desvinculaciones, aun con la barrera a los despidos que significa la doble indemnización que rige en esta emergencia pandémica, que a la mayoría de las empresas les implica que el despido de un trabajador con 12 o más años de antigüedad represente una indemnización superior a toda la masa salarial mensual.
Los niveles de optimismo en los países vecinos, Chile y Brasil, también descendieron durante el pasado año hasta el 82% y el 86% respectivamente, aunque no fueron tan bajos como en Argentina, que se situó por debajo de la media regional del 85%.
Mientras tanto a nivel mundial, en Norteamérica el optimismo cayó a un 77%, en Europa al 71% y en Asia al 90%.
Acerca de si el trabajador está haciendo algo nuevo en cuanto a la vida laboral para complementar sus ingresos principales, el 76,07% de los chilenos respondió positivamente frente al 74,68% de los argentinos.
Un 9,57% de los chilenos dijo no estar preocupado por su situación económica, frente al 10,35% de los argentinos.
Y en la línea del comportamiento empresarial hacia los trabajadores, en América Latina, en general, tres cuartas partes de la población activa asumió más responsabilidades en sus trabajos o nuevos roles.
En Argentina, los trabajadores están por debajo de Chile y Brasil en aumentos de sueldos y/o compensaciones por asumir nuevos roles: los chilenos tienen un 61% de probabilidades de recibir una bonificación, y los brasileños alcanzan un 56%, seguidos por Argentina con un 55%.
Pese a que algunos de estos datos no se ven tan favorables, los argentinos se sienten más seguros de sus habilidades y capacidades para tener éxito en sus carreras que los chilenos, sobre todo, aquellos que tienen entre 33 y 44 años.
Así lo revela el estudio, en donde el 92,8% de los argentinos encuestados dijo tener confianza en sus capacidades profesionales, frente al 91,58% de los chilenos.
En esta línea, las mujeres encuestadas manifestaron sentirse ligeramente menos confiadas en sus capacidades para tener éxito en sus carreras, con un 92% de respuestas positivas frente al 93% de los hombres.
No obstante, en cuanto a los segmentos de empleo, el 95% de los trabajadores del sector de las telecomunicaciones en América Latina se sienten seguros de sus capacidades profesionales, frente al 94% de los sectores de educación y de salud, 91% de los del transporte y el 74% de los del sector bienes raíces.
El estudio revela algunas tendencias que permanecen relativamente inalteradas durante la pandemia: las mujeres consideran que el nivel de desigualdad en los salarios no ha cambiado en el último año y medio.
De hecho, en Chile, el 69% de las mujeres afirmó haber tenido que elegir entre la familia y el trabajo o entre el trabajo y la salud.
Tanto en el país trasandino como en el nuestro y en Brasil, el 22% de los encuestados afirmó que el mayor reto del Covid-19 fue encontrar un equilibrio entre los compromisos laborales y familiares, incluso más que mantenerse sano (18%).
Mientras que, para aquellas personas con hijos, les resultó más difícil respecto de las que no tienen hijos (26% frente a 17%).
Argentina ha sido el país de América Latina que más sufrió en este último punto, ya que el 18% de los encuestados afirmó que sus empleadores no hicieron nada para ayudarles a afrontar el cierre de las escuelas y, por tanto, el nivel de estrés se intensificó producto del esfuerzo de equilibrar la vida laboral, familiar y académica.
De todos modos, en cuestiones inherentes a facilitar el teletrabajo o realizar el llamado “trabajo hibrido”, modalidad incentivada a raíz de la pandemia, los empresarios latinoamericanos son más propensos que sus homólogos norteamericanos y europeos, a facilitar equipos para que sus empleados puedan realizar su trabajo a distancia.