La Fundación Mediterránea, el influyen centro de ideas cordobés en el que habló esta semana el presidente Javier Milei, alertó sobre los “riesgos” de estirar una salida del cepo cambiario.

Dijo que aunque el riesgo país cayó y la brecha cambiaria se mantiene debajo del 20%, intentar transitar todo 2025 con el esquema del cepo intacto “conlleva riesgos, en la medida en que se acumulen presiones y las expectativas se coordinen a la espera de cambios relevantes de política para el ‘día después’ de las legislativas de octubre”. 

La advertencia es de los economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea, quienes sostienen que se deberían tomar algunas medidas para “suavizar” el paso de una economía con cepo a una sin restricciones cambiarias.

Tras el paso de Milei por la reunión del 47 aniversario de la Fundación Mediterránea, en la que insistió en que cuando estén dadas las condiciones saldrá del cepo, los economistas Osvaldo Giordano (presidente del Ieral), Gustavo Reyes, Jorge Vasconcelos, Jorge Day, Lucas Dapena, Marcos Cohen, Gerardo Schwarz y Juan Cuevas analizaron diferentes aspectos de la economía.

Vasconcelos enumeró algunas alternativas para “estirar la vida útil del cepo”. 

Y alertó que aunque la política fiscal siga tan firme como hasta ahora, bajo las condiciones actuales es “difícil” evitar un deterioro adicional del frente externo, con vencimientos de deuda en moneda dura que están cubiertos para enero, pero no para el resto del año, lo que complica la posibilidad de mantener ancladas las expectativas todo el próximo año hasta después de las elecciones.

Dijo que se puede salir del cepo “al estilo Mauricio Macri” o intentar “alargarle la vida útil” con el objetivo de empalmar con una “salida más ordenada” de las restricciones cambiarias. 

Señaló que se podría hacer por etapas, pasando el dólar blend del actual 80/20 a 90/10 y flexibilizando algo las restricciones cruzadas que tienen las empresas para acceder al dólar oficial.

Para Vasconcelos, el riesgo es que si ese “reseteo” se posterga, podría haber más presiones del mercado cerca de las legislativas: “La salida del cepo es la unificación de tasas de interés en dólares y en pesos, hay que descomprimir porque si hay presiones podría darse que la tasa en pesos suba porque sume las expectativas de una devaluación posterior a octubre. No estamos hablando de un gran problema, pero sí de evitar cimbronazos”.

El Ieral estima para 2025 una inflación de entre 28% y 30% y un año con recuperación de la actividad. Reyes graficó que el año próximo será como es este segundo semestre respecto al primero “bastante mejor porque el actual es malo”, aunque aclaró que “no es un escenario sin riesgos". 

Primero, porque es la Argentina y, segundo, porque el mundo ha cambiado; hasta setiembre era más favorable” en referencia a que el dólar está subiendo “en todos lados, salvo en la Argentina” y a que se frenó la “pequeña recuperación de las commodities”.

Entre las principales vulnerabilidades, marcó el frente externo: “Somos como un enfermo convaleciente. Hay que seguir acumulando reservas. Con la inflación que proyectamos, el año que viene se podrían sumar US$15.000 millones”. 

Giordano puso la lupa sobre el camino que habría que seguir para bajar impuestos, ya que un tercio de la recaudación se explica por cargas “malas” (PAIS, Cheque, Ingresos Brutos, retenciones, Sellos y tasas municipales) distribuidas en los tres niveles del Estado. Admitió que bajar impuestos como vía para recaudar más se puede instrumentar solo en determinadas circunstancias y con riesgos altos.

Otra alternativa es bajar el gasto (el nacional como porcentaje del PIB debería caer entre este año y el próximo 19% para eliminar “malos” impuestos) o el PIB debería crecer una década al 3,8% anual. Ambos son caminos “graduales” y ya hay experiencias fallidas, como la del Consenso Fiscal 2017.

La propuesta por la que se inclina el Ieral es que los “buenos” impuestos absorban a los “malos”: que un “súper IVA” reemplace el IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales. “No solo es viable, sino que permite bajar la evasión del IVA que en la Argentina ronda 3,7% del PIB”, resumió.