La calificadora de riesgo Moody's empeoró los pronósticos económicos referidos a la Argentina, para el corriente año y para el 2024, a contramano de las previsiones elaboradas para el resto de los mercados emergentes.

En el informe titulado “El crecimiento es resiliente, pero la volatilidad de los ‘commodities’ podría generar alta inflación”, la calificadora estimó que la actividad económica en el país se contraerá en un 3,5% este año, mientras que la inflación anual alcanzará un 147%. En tanto que para 2024 prevé una disminución del 2,5% en la actividad económica y una disparada de la inflación anual hasta un 275%.

La actualización de las proyecciones de Moody's implica un panorama más desalentador para la economía nacional. En la estimación de abril pasado, la agencia pronosticaba una contracción de la economía del 1,5% este año, mientras que consideraba que la inflación escalaría al 107%.

El análisis exhibió que la inflación mermó en América Latina en lo que va del año, a excepción de la Argentina. Al respecto, el documento precisó que “salvo la Argentina, la inflación acumulada en las cinco economías con metas de inflación de México, Brasil, Perú, Colombia y Chile se desacelerará hasta el 6,5% en 2023 y el 3,5% en 2024 desde el 9.3% registrado en 2022″.

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En relación a la actividad económica, Moody's manifestó que “seguimos pronosticando una contracción económica en la Argentina y Chile para este año. Sin embargo, esperamos que el PIB de Chile se contraiga solo un 0,5% en comparación con nuestra previsión anterior del 1%”.

Además remarcó que “también hemos reducido nuestra proyección de crecimiento de Colombia y Perú para reflejar la contracción de las inversiones”, expresando que “la alta inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras y la débil demanda externa también frenarán el crecimiento económico”.

La calificadora ya había alertado por el empeoramiento de los indicadores de la economía argentina. Así lo había expresado tras los resultados de las PASO, pronosticando que “durante el resto del año y gran parte del año próximo, la economía argentina continuará experimentando alta volatilidad, fuertes presiones sobre los precios y el tipo de cambio y una disponibilidad limitada de divisas extranjeras como condiciones asociadas a una fragilidad crediticia persistente”.

A su vez, había alertado que la escalada del dólar, las decisiones del Gobierno sobre la tasa de interés y la devaluación del tipo de cambio oficial, junto con las reservas netas negativas en el Banco Central y una cosecha débil, serían desafíos que provocarían “presión en las perspectivas económicas y financieras de Argentina”.