La carga tributaria para empresas de la misma actividad y tamaño puede tener diferencias de hasta el 50% según la localización del emprendimiento, debido a la cantidad variable de impuestos, tasas y contribuciones en diferentes puntos del país, así como a sus distintas alícuotas.

"Un gran hotel de Bariloche tendrá una carga 24% superior a su gemelo de San Salvador de Jujuy", señaló al respecto la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en un análisis sobre las diferentes cargas tributarias sobre la actividad productiva en treinta localidades seleccionadas, en el que se pregunta si esa falta de coordinación y superposición de tributos constituye o no "un escollo para la producción y el desarrollo".

En el otro extremo, agregó, "una empresa frigorífica mediana o chica ubicada en San Fernando del Valle de Catamarca tendrá una carga tributaria 50% mayor a aquella radicada en San Luis, aun cuando las empresas posean exactamente los mismos ingresos, trabajadores y beneficios".

El análisis se da a conocer en coincidencia con la firma de la nueva versión del Consenso Fiscal entre la Nación y las provincias, en el que, al igual que en 2018 y 2019, se acordó postergar un año más la reducción progresiva de los impuestos provinciales que se había convenido en noviembre de 2017.

"Cada uno de los tres niveles de gobierno pueden generar, dentro de sus competencias, diferentes tipos de impuestos, tasas y contribuciones que gravan las diferentes etapas de la producción de bienes y servicios en la República Argentina", indicó la OPC en un trabajo coordinado por su director general, Marcos Makón, y el de Análisis Fiscal Tributario, Carlos Guberman.

Como resultado, añadió, "cada actividad productiva podrá tener una carga fiscal diferente no solo en función de su rubro o actividad específica (buscando equidad horizontal), sino también dependiendo del tipo de establecimiento en dimensiones (buscando equidad vertical) y la localización geográfica en que registre su operatoria".

La OPC aclaró que ese fenómeno "ocurre desde los primeros años de la organización nacional" pero que "en los últimos años, por diferentes razones, los gobiernos de los tres niveles han generado incrementos tanto en la presión tributaria global como en las diferentes entre jurisdicciones".

"Esta situación ha conducido a una superposición y diversidad de cargos fiscales, donde resulta bastante difícil conocer el costo que enfrentan los sectores productivos en función de su actividad, tamaño y localización", indicó.

En ese sentido, si bien el promedio de la carga tributaria analizada es del 12% de la facturación, existen diferencias, ya que "resulta sustancialmente mayor al promedio en la actividad hotelera donde alcanza un 12% o 16% de los ingresos, según se trate de una pyme o gran empresa", en tanto en la actividad frigorífica "ronda el 9% de los ingresos".

En cuanto a la actividad metalmecánica, la OPC destacó que "localidades como Rawson o Paraná poseen las mayores cargas tributarias de las 30 localidades analizadas".

Además de la carga tributaria global, la entidad hizo hincapié en las diferentes cantidades de impuestos, tasas y contribuciones.

"Si se toman en conjunto los provinciales y municipales, va desde un mínimo de 17 (San Fernando del Valle de Catamarca) hasta un máximo de 36 tributos (San Carlos de Bariloche). Considerando los provinciales, las cantidades van de 4 a 9, en tanto los municipales varían entre 11 y 30", destacó.

opc1 (1).png

Cantidad de impuestos, tasas y contribuciones en las principales ciudades del país

En lo que hace a la "creciente falta de coordinación" entre Nación, provincias y municipios, la OPC advirtió sobre "la doble y en algunos casos triple tributación".

"Los ingresos por ventas, por ejemplo, se encuentran gravados por el IVA a nivel nacional, siendo este mismo hecho imponible utilizado para la determinación del impuesto a los ingresos brutos a nivel de las provincias y la tasa de inspección, seguridad e higiene a nivel municipal", subrayó, al tiempo que denunció la distorsión de "la correlación entre costo del servicio y retribución pautada".

Algo similar ocurre en el caso de los impuestos inmobiliarios y automotor que, dependiendo de la jurisdicción, son de carácter municipal o provincial.

Esos impuestos, señaló la OPC "tienen como base de cálculo la valuación fiscal que también es utilizada para el cálculo de servicios básicos municipales (alumbrado público, barrido y limpieza) y para el impuesto a los bienes personales a nivel nacional".

"La falta de coordinación en los niveles tributarios, el crecimiento de impuestos distorsivos (incluyendo el impuesto inflacionario), junto con la presión tributaria alcanzando niveles récord año tras otro, llevan a la necesidad de evaluar si la situación tributaria actual se constituye, o no, como un escollo para la producción y el desarrollo", planteó la OPC a modo de conclusión.