El titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Castagneto, salió a afirmar que “es un mito” que la Argentina tenga una alta presión tributaria, aunque desde el sector privado polemizaron con el funcionario al señalar que no tiene en cuenta la evasión fiscal.

“Brasil y Uruguay, por nombrar países vecinos, tienen una presión más alta. Lo mismo se observa en el promedio de los países desarrollados”, dijo Castagneto a través de la red social Twitter.

Allí publicó un cuadro donde se destaca que en 2020, la presión fiscal en Argentina llegó al 29,4% medida esta como la relación entre recaudación de impuestos y Producto Bruto Interno (PBI). 

En el gráfico se muestra que Uruguay y Brasil tienen una presión del 30% mientras que en Francia es del 45% y en Italia del 42,9%.

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Al respecto, el funcionario considera que la Argentina “es un ejemplo” de correlación positiva entre presión fiscal y desarrollo humano, de acuerdo con datos del Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Ni siquiera los propios inversores consideran que la presión tributaria es un factor primario a la hora de decidir en dónde realizar una inversión”, indicó Castagneto al mostrar un gráfico sobre las principales motivos por los cuales la Inversión Extranjera Directa define sus locaciones.

Al respecto, Cesar Litvin, titular del estudio Lisiki, Lítvin y Asociados, señaló en declaraciones a Noticias Argentinas que “lo que hay que distinguir es la carga fiscal sobre los contribuyentes que los impuestos”.

Litvin dijo que si al total de la ecuación “le agregamos la informalidad, el efecto es que los que se incrementa la carga sobre los que pagan”.

En otras palabras, el tributarista considera que para que el Estado argentino logre una recaudación de impuestos equivalente a un 29% del PBI, los que abonan tienen que cubrir lo que no abonan los que está en la economía irregular.

Litvin también dijo que “la inflación que hay en Argentina tiene el mismo efecto que un impuesto, y si se contempla esto la Argentina es insuperable” en materia de presión fiscal.

“Por otro lado, hay que tener en cuenta cuál es la retribución en bienes y servicios que presta el Estado. En Argentina la persona que paga impuestos también tiene que contratar servicios de salud, educación y seguridad privados y sobre ello pagan iva”, explicó.

Al mencionar la cuestión de la carga fiscal, el tributarista deslizó el concepto de Presión Tributaria Legal (PTL), que es la que representa la recaudación potencial (con evasión cero) medida sobre el Producto Bruto Interno (PBI). 

Un informe de la Fundación Mediterránea de enero de este año, indica que si se toma la PTL, es decir, si se recaudara todo lo que marca la ley, la tabla ubica primero a Brasil, con el 50,8%, seguido de Argentina e Italia, con el 48%; España, 40,7%, Estados Unidos 37%, Chile; 34,3% y Australia, 29,1%, medida en relación al ingreso familiar.

En la medición de la PTL sobre empresas, en el caso de los servicios hoteleros, Argentina presenta la mayor presión tributaria legal con relación a las ventas (35,1%), entre los siete países analizados, seguido por Italia (32,9% en Milán), Chile (27,3%), Brasil, Estados Unidos, España y Australia (17,9%).