Asoman propuestas en la educación destinadas a promover un cambio que implique aprender a preguntar y chatear, a crear y entrenar inteligencia artificial, en un contexto en que más de la mitad de las grandes compañías globales ya la utilizan en la operación y nada menos que un 77% de los trabajadores admite empezar a confiar en esta tecnología para realizar tareas que les ahorran tiempo de forma autónoma.

La tendencia fue detectada por sendas encuestas de Experis y Salesforce, y convergen en que los tiempos se aceleraron en la incorporación de la IA a los procesos productivos, pero también presiona sobre la formación inicial de la futura generación laboral.

Aun así, un informe del Fondo Monetario Internacional destaca que Argentina tiene un largo camino por recorrer en la integración de la inteligencia artificial (IA) para potenciar su desarrollo económico.

El país marcha en ese sentido rezagado en comparación con Uruguay, Brasil y Chile en América Latina, así como con naciones líderes en innovación como los países nórdicos y Estados Unidos.

De ahí que surgieran inquietudes, en el contexto de una política de educación que empezó a moverse, sobre la importancia de transformar el sistema educativo, haciéndolo protagonista en la adopción de la IA dentro del aula.

No basta con que los estudiantes la utilicen como una herramienta de respuesta; es esencial que aprendan a cuestionar, crear y entrenar modelos de IA desde una edad temprana, señaló la coordinadora pedagógica en Educabot, Anabela Cathcarth.

En el ámbito de las empresas, Experis, la marca líder en identificación y gestión de Talento Tecnológico y Digital de ManpowerGroup, encuestó a más de 40.000 empleadores en 42 países para entender el estado actual de la integración de la Inteligencia Artificial (IA), así como previsiones sobre el valor que las nuevas tecnologías basadas en la IA pueden aportar a las operaciones de la plantilla y los recursos humanos para 2030 y más allá.

Los resultados indican que más de la mitad de las grandes empresas globales con más de 5.000 colaboradores (52%) utilizan actualmente la IA.

Mientras que, un tercio (33%) que no son usuarios actuales afirman que su organización planea implementar esta herramienta en los próximos tres años. Es decir que esto aumentará el uso medio global de estas aplicaciones en hasta el 81% de los empleadores alrededor del mundo en los próximos tres años.

Confianza humana

Del lado de los trabajadores, las tres cuartas partes de los casi 6.000 encuestados por Salesforce afirmaron estar empezando a confiar en esta tecnología para realizar tareas que les ahorran tiempo de forma autónoma, como escribir códigos, descubrir información sobre datos y redactar comunicaciones escritas.

Aunque se sienten más cómodos cuando la IA y los humanos trabajan juntos, hoy prefieren que tareas como la incorporación, la capacitación y el mantenimiento de la seguridad de los datos sean supervisadas por personas, pero es probable que esto no dure mucho: los datos también sugieren que invertir en conocimiento y educación genera confianza en un futuro de IA autónoma.

Manifestaron que, a medida que avanza la tecnología, la gente ve un futuro en el que la IA podrá funcionar por sí sola.

La investigación plantea que para 2030 es probable que las tecnologías basadas en la IA se implementen en las dotaciones de personal de todo el mundo, en diversas formas

En las grandes corporaciones, comienzan a asumir retos organizativos para el despliegue de estas tecnologías, pero el 33% de los líderes empresariales globales encuentran el alto costo de inversión como el principal escollo a superar.

Le siguen la preocupación sobre la privacidad y las regulaciones (31%), la falta de habilidades para utilizar la IA de forma efectiva (31%), la falta de herramientas apropiadas (26%) y la resistencia al cambio (26%).

No obstante, en todos los sectores y regiones del mundo, los encuestados creen que la IA tendrá un impacto positivo en el rendimiento empresarial y en la formación, contratación, incorporación, compromiso y diversidad de los colaboradores.

Las aulas, como tuturo

Precisamente en el entrenamiento para la IA aparece la necesidad de que se ponga en marcha en las aulas, por ejemplo que los estudiantes de primaria trabajen en proyectos de diseño de un asistente virtual para clasificar colores o ayudar a organizar tareas.

Que a través de herramientas visuales y actividades prácticas, los niños pueden enseñar a la IA a reconocer patrones y tomar decisiones simples. Este proceso no solo les enseña habilidades técnicas valiosas, sino que también fortalece su capacidad para resolver problemas y pensar de manera crítica, señala Cathcarth.

En la instancia laboral, la investigación determinó que los líderes confían en la IA más que los empleados para hacer más trabajo: el 51%, contra el 40% que los trabajadores de base suponen que hará.

La encuesta dio que:

● Hoy en día, los trabajadores ya confían en la IA para realizar aproximadamente el 43% de sus tareas laborales, lo que indica un cambio entre los trabajadores para delegar tareas a la IA.
● El 77% de los trabajadores globales eventualmente confiarán en la IA para operar de forma autónoma. Este número incluye:
-El 10% de los trabajadores globales que hoy confían en la IA para operar de forma autónoma.
-El 26% de los trabajadores globales confiarán en la IA para operar de forma autónoma en menos de tres años.
-El 41% de los trabajadores globales confiarán en la IA para operar de forma autónoma en tres o más años.

En las organizaciones, estiman que para 2030 es probable que las tecnologías basadas en la IA se implementen en las dotaciones de personal de todo el mundo en diversas formas:

Democratización de la autoridad: distribuyendo la toma de decisiones y eliminando jerarquías, dando así más autonomía a los colaboradores.
Análisis objetivo del rendimiento: evaluando la productividad con mayor precisión y transparencia.
Desarrollo de competencias a medida: identificando carencias y recomendando estrategias para subsanarlas mediante programas de upskilling y reskilling.
Formación rápida de equipos: creando equipos altamente capacitados, a más corto plazo, en tiempo real, según las necesidades del proyecto.
Asistentes autónomos de IA: agentes artificiales con interfaces de lenguaje natural que actúan como asistentes personales, gestionando tareas diarias como reservas y responder emails.

Condiciones para la masividad

La velocidad con que se adopte masivamente dependerá de la población de individuos que ya trabajen con estas tecnologías y del entorno normativo y ético en el que se produzca la adopción, advierten los empresarios, según la investigación de Experis.

"La Inteligencia Artificial no debe verse como un sustituto de los trabajadores, sino como una poderosa herramienta que puede mejorar sus capacidades y mejorar los resultados en el lugar de trabajo”, afirma Marcelo Roitman, managing director de la firma de Manpower.

Y agrega: “Esta investigación destaca la importancia de diseñar sistemas de IA que sean fáciles de usar y estén alineados con los objetivos y valores de la organización”.

La confianza en la IA se generará a partir de la participación de las personas, de acuerdo con la opinión del 63% de los trabajadores de todo el mundo.

Pero aún hay un 54% de los trabajadores de todo el mundo que afirma no saber cómo se implementa o gobierna la IA en su lugar de trabajo.

Los que la conocen son cinco veces más propensos a decir que confiarán en que la IA funcione de forma autónoma en los próximos dos años, que aquellos que no.

En cuanto a la brecha de género en el conocimiento de la IA, los hombres tienen un 94% más de probabilidades de decir que conocen cómo se aplica y gobierna la IA en su lugar de trabajo que las mujeres.

"Los trabajadores están entusiasmados con un futuro impulsado por la IA y la investigación nos muestra que el compromiso humano puede ayudarnos a llegar allí. Al empoderar a los humanos al mando de los sistemas de IA actuales, podemos generar confianza e impulsar la adopción, permitiendo a los trabajadores desbloquear todo lo que la IA tiene que ofrecer", dice Paula Goldman, directora de uso Ético y Humano de Salesforce.

Con vistas a la preparación de las generaciones venideras, la política pública educativa parece ir demasiado lenta por la etapa básica de la alfabetización, como para abordar un entrenamiento tan desafiante como el de IA.

Pero cuanto se consiga introducirlo desde los primeros años de escolaridad, el aprendizaje mediante entornos visuales y actividades prácticas se acelerará.

Los maestros juegan un papel crucial en guiar esta experiencia, adaptando las técnicas de enseñanza para optimizar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades críticas en los estudiantes.

Es fundamental reconocer que la IA no solo está destinada a transformar la economía global a largo plazo, sino que también representa una oportunidad significativa para mejorar la educación en el corto plazo, aseguran en Educabot.