El Gobierno debería aprovechar el período de estabilidad para encarar un fondo anticíclico y reformas estructurales que vayan contra los privilegios, recomendó el economista Ricardo Arriazu, uno de los especialistas escuchados por el presidente Javier Milei.

Arriazu dijo que “en ninguno de los otros dos periodos de estabilidad, como el plan Austral y la Convertibilidad, no se hicieron los fondos anticíclicos, ni se hicieron las reformas estructurales. Esperemos que esta vez las hagamos”.

En cuanto al cepo cambiario, coincidió con la estrategia del gobierno de ir retirándolo en forma paulatina.

“Odio el cepo, pero odio mucho más el colapso social que se produciría si se lo saca a destiempo. Con US$ 40.000 millones por importaciones no pagas que había en diciembre pasado y US$ 11.000 millones de reservas netas negativas, si ustedes hubieran sacado el cepo y puesto la flotación, habríamos tenido hiperinflación automática", señaló. 

Dijo ser partidario de "ir sacando el cepo de a poco. La Argentina no se puede dar el lujo de equivocarse, no puede estar un paso adelante, un paso atrás, solamente hay que hacerlo cuando tengamos confianza y seguridad”.

Además, estimó un crecimiento de la economía de 5,2% para el año próximo, con una inflación anual en torno al 20%, en línea con los postulados del gobierno. 

Según el economista, el piso de la actividad ocurrió entre marzo y abril, mientras que la mayor caída del consumo se dio en junio. 

Si bien felicitó al Gobierno por haber estabilizado la macro, dijo que ahora comienza la época de crecer y que para eso hacen falta varias reformas.

Sostuvo que “la recuperación se dio en el momento preciso. El piso de actividad fue entre marzo y abril para el PBI, y en junio para el consumo. Hacia fin de año vamos a estar con crecimiento interanual. Está comenzando a subir la inversión, pero no basta. Ahora viene la etapa dura de las reformas estructurales, donde se tocan los privilegios. Ahí es donde la gente va a comenzar a protestar y van a haber un montón de quejas. Pero el país no tiene otra alternativa que hacerlo”, en el marco de un encuentro organizado por la Cámara Franco Argentina.

Sostuvo que “para que siga bajando la inflación, hay que disminuir la tasa de devaluación, algo que ya anunció el Presidente”, y estimó un ritmo de crawling peg de 1,5% mensual para el próximo año. 

Explicó que aun con el crecimiento proyectado para 2025, la actividad estará en el mismo nivel que a principios de 2023. 

“Lo único que hicimos es un rebote. Luego viene la etapa del crecimiento. Para crecer, hay que aprovechar todos los recursos que tiene la Argentina y las ventajas que nos da en este momento el mundo. La Argentina tiene recursos energéticos por 13 veces el PBI. Podemos multiplicar por cuatro la producción, pasar a exportar US$ 30.000 millones para 2030. La Argentina tiene el 70% de la Cordillera de los Andes. Es imposible que todos los minerales estén del otro lado. La Argentina tiene cobre y tiene muchas reservas de plata en Chubut. También tenemos la agricultura, la industria del conocimiento y quién sabe qué otras cosas que están tapadas por todas las regulaciones argentinas”, señaló.

Señaló que el país “ya ha tenido muchas veces estas oportunidades y siempre por falta de sentido común la hemos desaprovechado”. 

Destacó que "esta vez comenzamos bien”, puesto que “la recuperación es mucho más rápida de lo pensada” y que la inflación también bajó más rápido de lo que se creía. 

“Yo esperaba 140% para este año, cuando el FMI decía 250%, y va a terminar en 120%. El año que viene nuestro pronóstico es 20% de inflación”, proyectó.

“La Argentina tiene que restaurar los equilibrios macroeconómicos para evitar las grandes crisis y eliminar el famoso costo argentino para que pueda desarrollar en forma plena su capacidad”, señaló.