La caída de la tasa de desempleo en medio de un período recesivo es consecuencia de una compensación que se produce a través de los ajustes de los salarios.

“Se están dando dos fenómenos en simultáneo. Por un lado está cayendo el poder adquisitivo de los salarios, que no están acompañando a la inflación; lo que no crece el desempleo es lo que cae el salario real", señaló el economista Eugenio Marí de Libertad y Progreso.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó el miércoles que la tasa de desocupación se redujo a 6,2% en el segundo trimestre del año, mientras que 24 horas antes había difundido que la economía había caído 2% en el mismo período.

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Ante este escenario que luce contradictorio por menos actividad pero más empleo, Martí interpretó que ambas variables se compensan con una baja del salario real, o sea con incrementos por debajo de la inflación.

En diálogo con NA, Marí sostuvo que “por otro lado hay un crecimiento del trabajo informal o en gris, que son los rubros que más absorben a los trabajadores que se incorporan al mundo laboral”.

Respecto de la situación dentro de las compañías, señaló que “en la mayoría de los casos, despedir a un trabajador es una acción costosa para las empresas, no solo por las indemnizaciones y demás cuestiones normativas, sino porque se pierde una capacidad productiva”.

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“Por eso es que la reducción de la planta se suele posponer. Sin embargo a medida que la recesión se profundice, también empezaremos a ver el impacto en términos de la tasa de desempleo”, alertó Martí.

Las proyecciones privadas estiman que el PBI cerrará 2023 con una reducción de entre 2,5 y 3%.

Por su parte, Ecolatina señaló que la Población Económicamente Activa (PEA) "creció 0,2% i.a. para ubicarse en niveles igualmente altos: 47,6% de la población de referencia (31 aglomerados urbanos, cerca de dos tercios del total del país) participa en el mercado de trabajo. No obstante, esta participación creció a un menor ritmo que el crecimiento poblacional en la comparación interanual. De este modo, estimamos que si hubiera crecido en sintonía a la población -en torno al 1%-, la tasa de desempleo habría rondado 7%".

A su vez, consideró que "el inicio de la recesión en el segundo trimestre del año trajo dos novedades: se frenó el aumento de la participación de la población en el mercado de trabajo y se interrumpió el crecimiento del empleo informal".

La consultora agregó que "es de esperar que la participación no crezca constantemente, pero en la medida que la soga de la pobreza -la próxima semana conoceremos un dato que seguramente sea muy malo- alcance a parte de la sociedad que antes no estaba en riesgo, esperamos que continúe, con vaivenes, su tendencia alcista en la segunda mitad del año, donde la crisis económica se profundizará".

Ecolatina concluyó que "las rigideces del mundo formal en un contexto de crisis y elevada incertidumbre provocan que esta eventual mayor oferta de trabajo sea absorbida por el empleo informal y el cuentapropismo. En caso contrario, volveremos a ver un incremento en la tasa de desempleo".