Este viernes se sabrá si la provincia de Buenos Aires cae en default o sus acreedores aceptan postergar hasta mayo el pago de un vencimiento de bonos por US$ 250 millones.

Con escasas posibilidades, el gobierno bonaerense espera que el 75% de los acreedores acepte la postergación del pago, improbable teniendo en cuenta que hasta hace tres días el nivel de aceptación era de apenas 26%.

El gobierno de Axel Kicillof dijo mantener un diálogo permanente con los acreedores, a quienes buscó seducir adelantando el pago de intereses de ese título.

En lo formal, el pago del bono vencerá el 5 de febrero próximo, que es la fecha límite para abonar.

La gran dispersión de los tenedores del título BP21 juega en contra de las pretensiones del gobierno bonaerense, ya que a muchos tenedores del título ni siquiera se los tiene identificados.

Por eso, en el mercado sostienen que será muy difícil que la administración de Axel Kicillof arribe a un acuerdo.

Si la provincia de Buenos Aires entra en cesación de pagos generará un ruido extra a la negociación iniciada por el gobierno con el FMI, pero sobre todo a la que se pretende acordar con bonistas que tienen unos US$ 100.000 millones en su poder.