Los ingresos por derechos de exportación duplicaron su participación dentro de la recaudación tributaria total y alcanzaron en el primer bimestre del año casi uno de dada diez pesos embolsados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Las retenciones -como se conocen popularmente a los derechos de exportación- ascendieron a $143.857 millones en el período enero-febrero de 2021, con un incremento del 219,1% en relación con los $45.079 millones del mismo período del año pasado, más que el cuádruple del 49,1% de aumento de la recaudación total en los doce meses transcurridos.

El incremento porcentual obedece a diferentes motivos, entre ellos la baja base de comparación de los primeros meses de 2020, si se tiene en cuenta que el sector agroexportador había adelantado sus liquidaciones luego de las PASO de agosto y antes de la asunción presidencial de Alberto Fernández el 10 de diciembre, ante el temor -finalmente confirmado- de un posible aumento de las alícuotas de los derechos de exportación.

Otros dos factores de importancia fueron el aumento del tipo de cambio (las exportaciones son en dólares, pero la recaudación se expresa en pesos) y los cambios normativos, en particular la suba del 30% al 33% en las retenciones a la soja, que comenzó a tener vigencia en febrero del año pasado.

La mayor importancia del peso relativo de las retenciones en la recaudación total se convierte en un arma de doble filo para el mediano plazo: por un lado, es una evidente ventaja para el fisco en un período en el que se procura reducir el déficit primario y financiero, pero por esa misma razón se complican las posibilidades de una reducción -y mucho menos una supresión- de su aplicación, a pesar del reclamo permanente de las entidades que representan a los productores agropecuarios.

Para expresarlo en números: sin las retenciones, el aumento interanual de la recaudación total en el primer bimestre hubiera caída ocho puntos porcentuales, del 49,1% al 41,1%, es decir, representaron toda la mejora en términos reales de los últimos doce meses.

Asimismo, los $45.079 millones que se embolsaron por retenciones en el primer bimestre de 2020 representaron el 4,5% del total y se ubicaron debajo de los $71.025 millones recaudados por el impuesto a los Créditos y débitos en cuenta corriente, más conocido como impuesto al cheque.

Doce meses después, el orden se invirtió, ya que los derechos de exportación subieron del cuarto al tercer puesto debajo de IVA y Ganancias, con $143.857 millones, que relegaron al cuarto lugar al impuesto al cheque, con $93.961 millones.

El panorama luce aún más alentador para los que apuestan la suerte del frente fiscal a los ingresos por retenciones: en 2020, la recaudación del tributo en términos reales se ubicó muy por debajo de la evolución del tipo de cambio, de acuerdo con el seguimiento realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

Esa merma obedeció tanto a la ya mencionada retracción de la liquidación del sector agroexportador como a una suba del dólar por sobre la inflación y el precio de las commodities, tres variables que podrían revertirse en 2021.

Sólo a título de ejemplo, la combinación de una suba del 40% en el tipo de cambio mayorista y el 90% en el precio de la soja representaría para el mismo volumen de exportación una suba del 166% de los derechos de exportación.