La industria de la moda factura por año en el país 28.9 billones de pesos, ocupa a 19,2 millones de personas y su valor en el mercado nacional asciende a 29 billones de pesos, según statistics, pero es una de las más contaminantes del planeta, como el boom petrolero de Vaca Muerta.

Las empresas textiles y de indumentaria aportan el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una cifra que supera a la de todos los vuelos internacionales y envíos marítimos combinados, de acuerdo con los datos de las Naciones Unidas.

Además, el sector es responsable del 20% del desperdicio total de agua en el mundo.

El proceso de producción textil implica un uso intensivo de recursos naturales. 

Producir una camiseta de algodón puede consumir hasta 2,700 litros de agua, el equivalente al consumo de una persona durante dos años y medio.

El teñido de textiles genera grandes cantidades de aguas residuales contaminadas con productos químicos, metales pesados y microfibras, que a menudo se vierten sin tratamiento adecuado en ríos y mares.

El petróleo deja su huella de carbono

Por el lado petrolero, Greenpace advirtió que "si usamos cada vez más combustibles fósiles, se agudizará el cambio climático global, se retrasará la inversión en energías renovables y se agravará la amenaza de contaminación para las comunidades del norte patagónico".

Luego de la reunión del G20 en Río, quedó ratificado oficialmente que el Acuerdo climático de París está en las antípodas de la agenda del gobierno.

De modo que ignora que "explotar al máximo todas las reservas de gas no convencional del país, entre ellas Vaca Muerta, consumiría hasta un 11,40% de la cantidad de carbono que el mundo puede producir para respetar  y evitar sobrepasar los 1,5°C".

Si se quisiera alcanzar esa meta, sería necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad en la próxima década y llegar a cero para 2050, lo que requiere acciones radicales y urgentes para disminuir drásticamente el uso del carbón, el petróleo y el gas, mientras se potencia el desarrollo de fuentes limpias y renovables como la eólica y la solar.

Modelo circular

En la explotación textil, la moda circular viene por el lado de un modelo económico diseñado para minimizar los residuos y la contaminación desde la concepción de un producto hasta el final de su vida útil. 

En lugar de seguir el tradicional sistema lineal de “usar y tirar,” la moda circular se basa en un ciclo continuo de aprovechamiento y reutilización.

Según la revista Vogue, este enfoque propone crear prendas que puedan ser recicladas, reparadas o compostadas al final de su vida útil, sin generar residuos nocivos para el planeta.

En este concepto, las prendas no deben considerarse desechables

Extender la vida útil de una prenda puede reducir la huella de carbono, agua y desechos en grandes porcentajes. 

Por ello, la moda circular fomenta, en parte, la cultura de reparar y reacondicionar ropa en lugar de desecharla. 

El upcycling o rediseño de prendas les da una nueva vida. Hoy es una práctica común entre diseñadores y consumidores conscientes.

En Argentina, el sector está lejos de una reconversión que siga esos lineamientos, sino que el gobierno abrió las importaciones y el desafío de la coyuntura pasa por no desaparecer.

El petróleo y el mar

Una gota del hidrocarburo puede contaminar aproximadamente, y de forma irremediable, 25 litros de agua potable.

Y el vertido de petróleo altera los ecosistemas marinos, que tardan décadas en recuperarse, al crear una película sobre la superficie marina que impide la entrada de la luz e interrumpen la fotosíntesis a las algas.

El crecimiento de la industria hidrocarburífera de Vaca Muerta, luego distribuido a las diferentes plantas para su tratamiento, hizo que la generación de residuos peligrosos aumentara un 35,2% entre 2022 y 2023.

En todo el año pasado se procesó un total de 1.022.290 metros cúbicos (m3) de residuos -sumando los líquidos, semisólidos y sólidos- contra 756.230 m3 en 2022.

Y la apertura de más reservas de petróleo, gas y carbón es condenar al mundo a impactos climáticos letales.

No son muchas las empresas tratadoras habilitadas que pueden observarse en Añelo, la capital de Vaca Muerta.

Compañía de Saneamiento y Recuperación de Materiales (Comarsa), Treater (que tiene una sociedad con otra firma, Veolia), Industria Argentina de Reciclado (Indarsa) y Servicios Ambientales de Neuquén (SAN) son las más grandes y a las que recurren las productoras de hidrocarburos. También están Ecopolo Argentina y TransEcológica.

Los residuos tienen materiales radiactivos, metales pesados y están acopiados a cielo abierto en montañas gigantescas que podemos ver”, manifestó Rafael Colombo, asesor legal de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, organización que denunció ante la justicia a la empresa Comarsa por supuestamente acopiar residuos especiales sin tratamiento y haberlos volcado al suelo, lo cual generaría peligro tanto para la salud pública como para el ambiente.

Si el fin justifica los medios, la moda rápida o fast fashion, ilumina caminos que para Argentina son callejones sin salida, al priorizar la producción masiva de prendas a bajo costo e incentivar un consumo desenfrenado, como modelo de negocio.

Las marcas de moda rápida lanzan, en el mundo, colecciones nuevas cada semana, generando millones de toneladas de residuos textiles al año

Según el Parlamento Europeo, menos del 1% de los materiales utilizados para fabricar ropa es reciclado. 

Significa que la mayoría de las prendas termina en vertederos o es incinerada, liberando gases contaminantes y tóxicos.