La economía argentina tendrá en 2021 un “rebote” estadístico que si no es acompañado por reformas estructurales “quedará solamente en eso” y dará paso a un nuevo período de estancamiento. Así lo sostuvo la Fundación Libertad y Progreso (LyP) en un análisis que aseguró que la caída del 9,9% del producto Bruto Interno (PBI) en 2020 tiene una explicación que “va más allá de la pandemia” si se confronta la evolución de la actividad económica con otros países de América del Sur.

El mal desempeño del PBI argentino sólo fue superado por el de Perú, con una caída en torno del 11%, pero es mucho mayor al de otros países como Brasil (-4,1%), Chile (-5,8%), Uruguay (-5,4%), Colombia (-6,8%) y Paraguay (-1,5%).

“La explicación va más allá de la pandemia. Argentina se encuentra estancada desde el 2011 por lo que la situación ya era delicada de antemano”, aseguró el economista jefe de LyP, Iván Cachanosky, quien agregó que “para colmo, la cuarentena prolongada tuvo efectos devastadores en el nivel de actividad, empujando a la economía hacia una recesión mayor a la que se podría haber registrado”.

El consenso generalizado de los economistas es que el PBO tendrá un crecimiento del 5% al 7% en 2021, aunque muchos atribuyen esa suba más a un arrastre estadístico que a una mejora genuina.

Al respecto, otro economista de la fundación, Diego Piccardo, recomendó no “ilusionarse” debido a que “lo que está ocurriendo es un efecto rebote que, si bien es mayor al esperado, irá perdiendo fuerza en la segunda parte del año y el crecimiento volvería a estancarse”. Por tal razón, agregó, “el estancamiento pre pandemia continuaría unos escalones por debajo de los niveles observados en el 2019”.

El arrastre estadístico, explicó, “se produce básicamente porque el PBI se calcula comparando promedios del PBI entre dos años. Esto quiere decir -agregó- que si la economía en el 2021 se estanca en el mismo nivel que el cuarto trimestre del 2020, la economía igualmente marcaría un crecimiento del orden del 5% respecto al promedio del año 2020”.

Pero si lo que se espera es un crecimiento económico genuino que vaya más allá de comparaciones estadísticas, Piccardo sostuvo que “hace falta que el sector privado tenga los incentivos necesarios para invertir en nuestro país y crear empleo”. Esa posibilidad, evaluó, está muy lejos de concretarse “en un país con esta cantidad de impuestos y regulaciones”.

En 2021 la economía tendrá un “rebote” que, si no se acompaña con cambios profundos, “quedará solamente en eso”

“Cualquier inversor se termina yendo hacia países en donde los negocios sean rentables y en donde no haya riesgo jurídico sobre la propiedad privada, cuestión que acá todavía generamos desconfianza en esos temas elementales para atraer capitales desde el exterior”.

Por tal razón, el economista de LyP concluyó advirtiendo que “si no mejoramos nuestra reputación haciendo cambios estructurales profundos, lamentablemente el rebote quedará solamente en eso, un mero rebote de un año para luego seguir con nuestro trágico encadenamiento de crisis”.