El empleo se mantendrá por debajo de los niveles previos a la pandemia “en la medida en que la recuperación económica no sea íntegra y sostenida”, a raíz de las “serias dificultades” que ya tenía el sector registrado privado antes de marzo de 2020, mientras que la recuperación del trabajo informal estará sujeta a “cuántas de las unidades productivas pudieron sobrevivir” en los últimos meses.

El Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala evaluó en su último informe que la tasa de actividad, que ya tuvo una leve recuperación en el tercer trimestre del año pasado respecto de la abrupta caída que tuvo en el segundo (inicio de la cuarentena), continúe mejorando en el cuarto trimestre del año pasado y el primero del actual.

“La gran incógnita es qué ocurrirá con el empleo: si se va a recuperar íntegramente y qué tipo de empleo empujará la recuperación”, indicó, tras destacar que “el efecto de la pandemia fue muy dispar entre las distintas categorías ocupacionales, con un mayor impacto en los sectores más vulnerables”.

En ese sentido, subrayó que “el empleo asalariado registrado fue el menos afectado (a pesar de que su contracción no fue despreciable) gracias a la prohibición de despidos, el programa ATP y los acuerdos sectoriales”, pero “por cada puesto de trabajo asalariado registrado perdido hubo 5 asalariados no registrados y casi 3 cuentapropistas menos”.

En cuanto a la recuperación del tercer trimestre de 2020, ITE remarcó la disparidad del proceso, ya que “mientras el empleo asalariado registrado continuó en caída, el empleo asalariado no registrado recuperó aproximadamente un tercio de los puestos de trabajo perdidos y el trabajo cuentapropista se recuperó íntegramente”. 

En 2021 el nivel de empleo seguirá debajo de la pre pandemia, aseguró la Fundación Germán Abdala

“Cabe suponer que, en la medida en que la recuperación económica no sea íntegra y sostenida, el empleo se mantendrá por debajo de su nivel pre pandemia”, advirtió.

ITE hizo hincapié en el empleo asalariado registrado privado, del que dijo que “será difícil esperar buenas noticias”, debido a que sus problemas datan de “antes de la irrupción del Covid-19”, cuando presentaba “un bajo dinamismo”.

“Con la pandemia, el ingreso al mercado laboral formal (nuevas contrataciones) cayó abruptamente y, si bien comenzó a recuperarse, todavía se ubica muy por debajo del período de los últimos 20 años y en niveles similares a los de la crisis 2001/2002”, señaló, al tiempo que acotó que “el bajo nivel de la tasa de entrada anticipa más lentitud en la recuperación del empleo”.

Por otra parte, además del nivel de empleo, surge la “incógnita” sobre si el salario podrá “iniciar en el 2021 su postergada recuperación” y en ese sentido la entidad recordó que “durante el 2020, el RIPTE cayó un 2,8% en términos reales respecto de 2019, año en el que se había ubicado un 14,7% por debajo del 2015”.

En lo que respecta al trabajo no registrado o informal, ITE manifestó que su recuperación “estará sujeta a cuántas de las unidades productivas pudieron sobrevivir a las duras condiciones que impuso el ASPO”, para dar cuenta de “los trabajos perdidos en construcción, comercio, hoteles y restaurantes y trabajo en casas particulares” que explicaron el 90% de la caída del empleo asalariado formal y el 62% del informal en el segundo trimestre”.

Los datos oficiales de septiembre indicaron que “el empleo asalariado registrado privado había crecido por primera vez en 28 meses (desde abril 2018 que no lo hacía), pero en octubre, último mes con información disponible, volvió a caer (-0,1%)”.

Asimismo, “el empleo en casas particulares continuó cayendo (acumula 11 meses ininterrumpidos)” y “el empleo asalariado público se encontraba en el mismo nivel que en febrero”.

“Distinta es la tendencia en el caso del cuentapropismo: la categoría de autónomos cayó, luego de 4 meses en alza, y la categoría monotributo acumula 5 meses de crecimiento y ya se ubica un 1,7% por encima del nivel de febrero (33.000 puestos de trabajo adicionales)”, finalizó.