Por Lucio Di Matteo

Los argentinos que trabajan en el sector privado sufren la pandemia del COVID-19 y la cuarentena de distintas formas. Algunos cobran sólo 70% del sueldo si no van a trabajar, como se formalizó en un acuerdo entre la UIA y la CGT; otros directamente fueron despedidos, con pago de indemnización o no; mientras los que están en negro y/o dependen de actividades informales son los que peor la llevan, no reciben ingresos salvo alguna ayuda como el Ingreso Familiar Extraordinario (IFE), de $10.000 cada dos meses, es decir, $5.000 por mes.

La situación de los empleados estatales es mucho mejor. Cobran 100% del sueldo, vayan a trabajar o no, pertenezcan a algún ministerio, organismo descentralizado o empresa pública. Por ejemplo Aerolíneas Argentinas, donde se anunció una negociación con los gremios pero finalmente se pagó el 100% de los sueldos.

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El único gremio estatal que pidió ATP para el pago de sueldos es de la AFIP

Debido a esta situación de normalidad salarial, que además incluye el pago de aportes desde el Estado Nacional a los diferentes gremios, ningún sindicato de empleados estatales se animó a pedir el programa Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que ayuda a pagar los salarios con un tope de dos sueldos mínimos por trabajador. Aunque hay una excepción a esta regla: la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP). "Cobran el 100% de los aportes, no tuvieron un solo despido, y encima pidieron el ATP para el sindicato y también para la obra social", se quejó un antiguo afiliado que no está de acuerdo con lo ocurrido.

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El único gremio estatal que pidió ATP para el pago de sueldos es de la AFIP

Este gremio, conducido por el moyanista Pablo Flores (amigo especialmente de Facundo Moyano), es el que tiene más afiliados dentro de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), pues históricamente representó al personal de base de la Dirección General Impositiva (DGI), y hoy suma también a los dependientes de la Dirección de Seguridad Social. El gremio tiene alrededor de 15.000 afiliados, a los cuales les retiene un 3% del sueldo. Con la remuneración promedio en 120.000 pesos, se calcula que la recaudación de AEFIP supera los $ 54 millones mensuales. Y a pesar de tener pocos empleados en su sede central -serían 15-, de todas formas pidió el ATP.

La política seguida por otros gremios con empleados en la AFIP fue diferente: no pidieron el ATP, aunque estaban en condiciones de hacerlo. Estas organizaciones son el Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) y el de los empleados jerárquicos, Unión del Personal Superior de la Administración Federal de Ingresos Públicos (UPSAFIP).

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El único gremio estatal que pidió ATP para el pago de sueldos es de la AFIP

Para los empleados de la AFIP, el plus por recaudación (cuando mejor funciona esto, más cobran) puede representar hasta la mitad del sueldo. En consecuencia, este año perdieron poder adquisitivo, y en consecuencia los ingresos de los sindicatos (que descuentan a sus afiliados un porcentaje del salario) fue menor. Sin embargo, ni SUPARA ni UPSAFIP pidieron el programa ATP. De alguna forma siguieron un código no escrito de los gremios estatales para este año: como la Nación les paga el 100% del sueldo a sus empleados (a diferencia del sector privado), no se le pide más dinero al erario público a través del ATP.

AEFIP fue el único que rompió este código. El ATP es autorizado, a cada sector y empresa, por la AFIP, que en este caso tomó la decisión sobre un gremio del cual es empleador. Según distintas fuentes del organismo, esto formó parte de una negociación con el subdirector de Fiscalización, un recién llegado al organismo que hasta comienzos de este año manejaba un estudio contable de barrio. El ATP para los empleados de AEFIP formaría parte de un acuerdo no escrito para no insistir por el reclamo de paritarias (por otra parte, difícil de llevar adelante en este contexto) y aceptar el pago del aguinaldo en cuotas.

De todas formas, AEFIP emitió un comunicado quejándose porque sus empleados van a cobrar el aguinaldo entre junio, julio y agosto, como el resto de los empleados públicos. Pero el mundo sindical sabe manejar las gradualidades del reclamo: un comunicado subido a la página web del sindicato no es lo mismo que una acción directa.