“El proyecto de Presupuesto es de ajuste, porque no puede dejar de serlo”, advirtió Rafael Flores
El ex presidente de la ASAP criticó los reclamos por más gasto y sostuvo que “hay una falta de comprensión” de la ejecución presupuestaria.
El proyecto de ley de Presupuesto 2022 plantea un ajuste fiscal porque la realidad económica no deja lugar para otra opción, aunque la situación política desatada luego de la derrota oficialista en las PASO hace dudar que la bancada del Frente de Todos lo apruebe sin cambios.
Así lo sostuvo el economista Rafael Flores, ex presidente de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), luego de admitir que no veía “nivel” en la dirigencia en general para debatir y enunciar “qué política podemos tener para ordenar el financiamiento del Estado y la macroeconomía”.
Flores, consultor en Presupuesto y Administración Pública en varios países de América Latina, consideró “optimistas” las proyecciones de financiamiento y de inflación contempladas en la iniciativa presentada al Congreso el 15 de septiembre, lo que genera dudas sobre si el proyecto es “alcanzable”.
En una entrevista concedida a NA, Flores describió la “encerrona” que compromete no solo al ministro de Economía, Martín Guzmán, sino “a toda la Argentina”, consistente en que “se debe reducir el déficit, pero no se puede fogonear el gasto desde el Estado porque no hay plata. Si lo hace, tendrá que ser con emisión y así habrá más inflación”, planteó.
No hay opción al ajuste
“Hay una voluntad de mostrar que no es un presupuesto de ajuste, pero lo es. Porque no puede dejar de serlo”, enfatizó, en referencia a la “encerrona” señalada.
Para Flores, “hay un ajuste porque no es posible mantener los niveles de gasto a los que se llegó con la pandemia, porque una caída del PBI como la que hubo, financiada por el Estado, genera problemas que después hay que enfrentar”.
“La ideología no está en desconocer la restricción presupuestaria sino en cómo la abordás, qué gastos tocás”, aseveró, al tiempo que criticó a los funcionarios del Gobierno que “no fueron conscientes del impacto que podía tener cuando planteaban el eslogan ‘salud o economía’”.
En ese sentido, sostuvo que “tiene que haber un plan más realista, falta un sinceramiento de la situación fiscal y enunciar qué política podemos tener para ordenar el financiamiento del Estado y la macroeconomía”.
“Pero con el nivel que se ve en la dirigencia, estamos lejos de eso”. lamentó.
En cuanto a la magnitud del déficit, recomendó prestar atención también a los pasivos del Banco Central, que debe recurrir a la “esterilización” de la emisión monetaria con la que financia al Tesoro para evitar que “todo ese dinero termine en el dólar”.
“Eso hace que la famosa bola de leliq se haga más grande. Es un problema serio y no se está discutiendo. Con Macri se criticaba la bola de las Lebac, ahora con ellos y las leliqs no sé por qué tiene que ser distinto”, cuestionó.
Asimismo, señaló que “la presentación del proyecto de ley de Presupuesto toma un color distinto en medio de los acontecimientos políticos que todos conocemos, en especial la carta de la vicepresidenta (Cristina Fernández de Kirchner) que apunta directamente al Presupuesto y a la política fiscal del Gobierno”.
“La duda es si lo va a aprobar el oficialismo en el Congreso si no le hacen los cambios que pide Cristina”, señaló.
Para Flores, el proyecto de Guzmán “va en línea con el rumbo que encaró su gestión en el Ministerio. Sin querer hacer comparaciones -agregó- es parecido al ‘gradualismo’ del que se hablaba al principio del Gobierno de Macri, porque trata de resolver los problemas fiscales y los desequilibrios sin generar un shock que termine con efectos sociales mucho más complejos”.
Las lecciones de 2020
Para el economista, Guzmán tuvo un “aprendizaje” el año pasado, cuando presentó un proyecto de ley de Presupuesto “con un déficit que era bastante alto”.
“La reacción del mercado fue inmediata y el dólar empezó una escalada que lo llevó en octubre a 195 pesos”, recordó Flores, para quien “de esa enseñanza surge este proyecto para 2022, con un ministro que tiene que hacer equilibrio claramente desde lo político, pero también desde lo fiscal”.
En ese contexto, Flores remarcó la necesidad de reducir el déficit, dado que con las dificultades de acceso al crédito “la Argentina lo puede financiar casi exclusivamente cono emisión”.
Al respecto, consideró “muy optimistas las proyecciones de financiamiento fuera de la emisión” planteadas en el proyecto.
“No creo que se den las proyecciones de financiamiento por parte de organismos internacionales ni en el mercado local, eso genera dudas sobre si el proyecto es alcanzable”, manifestó, aunque admitió que “quizás los números están puestos para contentar políticamente” a sectores del oficialismo.
Falta de comprensión
Precisamente, en cuanto a los reclamos de Cristina Kirchner y otros dirigentes por lo que entienden es un severo ajuste fiscal en lo que va de 2021, Flores lamentó que en la dirigencia política en general “haya una falta de comprensión de cómo es la ejecución presupuestaria”.
“El gasto tiene un comportamiento estacional, va creciendo fuerte a medida que transcurre el ejercicio y en diciembre siempre se gasta mucho más que en enero, a veces más que en los cuatro meses anteriores juntos”, explicó.
Flores aclaró que “esto se da en todos los gobiernos” por la premura en “ejecutar los proyectos antes de fin de año para que no se pierda la plata”, con el inicio del nuevo año y, en consecuencia, nuevo presupuesto.
Por tal razón, indicó que “proyectar automáticamente el déficit de los primeros meses, duplicando el del primer semestre, es un error”.
“Por eso, en el primer tramo del año, Guzmán se hizo un pequeño colchón, sabiendo que en la segunda mitad del año -que además es un año electoral- iba a tener una presión para gastar más”, finalizó.